El 75% de los adolescentes que cruzan el Estrecho malvivía en la calle o desatendido por su familia

La llegada de menores inmigrantes a Andalucía se ha multiplicado por cuatro en un año. En 1999 representaron casi el 46% del total de menores atendidos en esta comunidad. Un estudio de la Consejería de Asuntos Sociales revela que el 75% de los casos corresponde a adolescentes que en su país de origen malvivivían en la calle o en el seno de familias desestructuradas. De los 1.864 inmigrantes atendidos en centros de menores en 1999, el 40% se fugó en las primeras 72 horas para buscar una oportunidad laboral en Europa, uno de los objetivos que les impulsa a emigrar. La mitad de los atendidos falseó su edad.La nueva avalancha de inmigrantes irregulares en el estrecho de Gibraltar, donde el movimiento de pateras ha aumentado un 60% en lo que va de año, ha llevado al Gobierno a dar un nuevo impulso a un viejo plan para el cierre electrónico de la franja de mar que separa España de Marruecos. La Operación Blindaje del Estrecho comenzará a plasmarse este mismo año con la intención de "erradicar el sistema de mafias" que se dedican al transporte de drogas e inmigrantes rumbo a Europa, según anunció ayer en Granada, el delegado del Gobierno en Andalucía, José Torres.

Hasta Andalucía no sólo llegan adultos africanos en edad de trabajar. En el éxodo participan también menores, que no dudan en salvar el Estrecho para buscar oportunidades al otro lado, aunque sólo una tercera parte de los que cambian de orilla tienen claro que buscan una salida laboral en la UE. El resto, según un estudio de la Consejería de Asuntos Sociales, se lanza a la aventura sin tener una idea muy definida de lo que buscan en la otra orilla.Los inmigrantes acogidos en el sistema de protección de menores andaluz representaron el año pasado el 45,58% del total de 4.089 asistidos en residencias. El salto entre 1998 y 1999 ha sido sorprendente, aunque desde la Consejería de Asuntos Sociales se hace hincapié en que se origina antes de la entrada en vigor de la nueva ley de Extranjería. Los 429 inmigrantes atendidos en estos centros se multiplicaron por cuatro entre un año y otro hasta alcanzar la cifra de 1.864, casi el 46% de todos los menores que pasaron ese año por centros públicos o concertados con organizaciones humanitarias (se excluyen las acogidas familiares).

No todos los que se benefician del sistema de protección andaluz se quedan. El 40% de los asistidos el año pasado se fugó durante las primeras 72 horas, algo que los técnicos de Asuntos Sociales consideran inevitable por varias razones. La principal es su deseo de trabajar, algo que reconoce uno de cada tres que cruza el Estrecho.

La mayoría (entre el 40% y el 50%) oculta su verdadera edad (18 años o más) para evitar una inmediata repatriación a su país, a sabiendas de que los menores se benefician de una legislación que sólo permite las devoluciones cuando se garantiza que el menor será recogido por su familia. En caso contrario, su tutela sigue en manos de la Administración. Por norma, todos desembarcan en España sin documentación de forma "deliberada" e "interesada", según el informe.

Entre los inmigrantes más jóvenes también hay casos de añoranza. Entre el 10% y el 15% de los que llegaron a centros de acogida andaluces durante el año pasado expresó su deseo de regresar a su país de origen.