Esplá: "Por no poder, ni al toro puedes echar la culpa"

"¡Si no te gusta, te lo cambiamos! Total, uno más, qué más da". Hacía ya dos horas y media que el primero de la tarde-noche había salido por la puerta de chiqueros. Diez toros diez, correspondientes a cinco ganaderías distintas, habían pisado, besado y rodado por el redondel. Juan Bautista se aprestaba a recibir al último y la eternidad se dibujaba nítida en más de una mandíbula desencajada. "Ya puestos, que elija el torero, son todos igual de malos". Los tendidos, en tardes de hastío, se llenan de comentarios. Ahora, el turno es para el director de lidia: "Los toreros siempre echamos la culpa a los toros. Pero hoy [por ayer] no puedes ni eso. Toros, lo que se dice toros de Madrid, no ha habido"."Yo estaba convencido que el concurso de ganaderías era otro día". Otro comentario con el gracejo grapado a una cara desprendida del armazón óseo. Cosas del aburrimiento en estado puro. "Hace cuatro o cinco años", retoma la palabra Luis Francisco Esplá, "me vi en algo parecido. Fue en la Feria de Otoño con una corrida de Puerto de San Lorenzo. Salieron hasta 11 toros ¿Qué se puede decir? Nada, está todo dicho".

Los aplausos del 7

Juan Bautista, por su parte, se muestra algo más animoso. La vuelta al ruedo justifica de sobra su estado: "Cuando me he puesto a dar naturales y trincherazos han aplaudido hasta los del 7. Que no digan que no, que les he visto". El joven francés se lamenta, eso sí, de la estocada poco efectiva ("con un estoconazo me hubiera llevado la oreja") y -aquí coincide con la plaza en pleno- de la duración de una corrida con vocación de infinito. "Estoy convencido de que la gente esperaba mi segundo toro. Pero, a un lado el hecho de que haya sido imposible, el ambiente ya estaba muy frío. No era el sexto de la tarde ¡Era el décimo!", exclama al ritmo de una extracción de la muela del juicio.

"Es la primera vez", continúa, "que me pasa algo parecido. Eso sí, contento estoy. No me puedo quejar. Dos veces que he estado en San Isidro [el año pasado como novillero salió por la puerta grande] y dos veces que ha pasado algo. Queda claro que la conexión con este público es buena".

En lo que al resultado general de la larga corrida se refiere, el tono de voz del francés baja: "A la vista está. Malos, descastados, muy flojos...". El día anterior a la corrida, Esplá confesaba sus miedos: "Temo que ante las exigencias de Las Ventas, una ganadería como la de Gabriel Rojas salga fuera de tipo y se caiga". Pasado el festejo: "La verdad no sé si ése es o no el problema. Probablemente sí. Ha pasado lo que ha pasado y sobran comentarios".

Mientras, en los tendidos: "Cuidado que, a este ritmo, al primero que se quite la gorra, como lleve astas, lo enchiqueran". Cosas del aburrimiento.