Crece la desconfianza de los latinoamericanos hacia sus conciudadanos, líderes e instituciones

Los latinoamericanos muestran una creciente desconfianza en las personas, muy superior a la de los europeos, indicativa de su falta de fe en sus líderes e instituciones, y aunque mantienen su respaldo a la economía de mercado, aumenta el desacuerdo con las privatizaciones de empresas estatales. Éstas son algunas de las conclusiones del Latinobarómetro 1999-2000, una encuesta realizada entre enero y marzo de este año con un mismo cuestionario a 18.125 personas de 17 países de América Latina, representativas de los 480 millones de habitantes de la región.

El estudio de opinión, que efectúa anualmente desde 1995 la Corporación Latinobarómetro, una sociedad privada sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile, destaca la disminución de la confianza de los ciudadanos de América Latina en sus conciudadanos, que ha descendido desde el 20% en 1996 al 16% en este año. Los autores de la escuesta, una batería de empresas demoscópicas que han recogido las respuestas en 17 países entre enero y marzo de este año, afirman que "una sociedad que no confía en sus semejantes, difícilmente podrá confiar en sus líderes y en las instituciones que éstos representan". Eso implica, por ejemplo, mayores gastos en certificación, más formalismos y menor creencia en la palabra, que requieren una modernización cultural para ser asumidos. La respuesta que se logra en América Latina contrasta con la que se obtiene ante una pregunta similar en algunos países más desarrollados: en Europa, el 60% confía en sus semejantes, un porcentaje que baja al 50% en Estados Unidos. La desconfianza de los latinoamericanos también afecta a los medios de comunicación y a las empresas privadas, según la encuesta.Sin embargo, quienes viven en los países situados al sur del río Bravo muestran un apoyo a la democracia del 60%, muy por encima del que recibe cualquier otra forma de gobierno o de otra institución privada o pública, salvo la Iglesia católica, que obtiene un 77%. La democracia alcanza un apoyo estable desde 1995 hasta la actualidad, y en Uruguay, Costa Rica y Argentina recibe más respaldo (84%, 83% y 71%, respectivamente), mientras que son Brasil, Paraguay y Ecuador donde recibe el menor apoyo (39%, 48% y 54%, respectivamente).

El aguijón autoritario todavía pica a algunos latinoamericanos. En promedio, un 17% dice que "en algunas circunstancias, un régimen autoritario puede ser preferible a uno democrático", pero la misma respuesta asciende al 39% en Paraguay y al 34% en México, mientras que en Costa Rica y Nicaragua sólo un 6% lo prefiere.

También la encuesta intenta averiguar el grado de satisfacción que muestra la democracia para resolver los problemas de los ciudadanos. El resultado indica que los latinoamericanos sienten que el sistema democrático no responde a sus expectativas, pues sólo el 37% afirma estar "muy satisfecho" o "satisfecho", aunque las diferencias entre los distintos países son muy notables: el 69% de los uruguayos se muestran satisfechos, un porcentaje que baja ligeramente al 61% en Costa Rica y que cae al 17% entre los brasileños, al 15% entre los ecuatorianos y al 12% en Paraguay.

Apoyo a la democracia

Al combinar satisfacción con apoyo a las instituciones se obtiene el "índice de democracia" de los últimos cuatro años. El ránking con más apoyo y satisfacción lo encabezan Uruguay, Costa Rica y Argentina (73%, 59% y 58%, respectivamente), y al final de la tabla se sitúan Brasil y Paraguay (35% y 31%, respectivamente).

Aunque el estudio detecta la existencia de expectativas positivas, pues el 37% de los encuestados confía que le irá mejor en el futuro y sólo el 28% piensa que la situación económica mejorará, los latinoamericanos se sienten frustrados como generación: el 58% cree que sus padres estaban mejor que ellos y el 52% espera que sus hijos estarán también mejor. Cuando se les pide situarse en una escala de uno (los más pobres) a diez (los más ricos), se colocan como generación en 4,66 puntos, a sus padres los sitúan en 5,76 y esperan que sus hijos subirán a 7,66 puntos.

Al evaluar las privatizaciones realizadas por los gobiernos, la encuesta registra también el desencanto de los latinoamericanos. Entre 1998 y 2000 disminuyeron desde un 46% al 35% aquellos que están de acuerdo con la venta de las empresas públicas y aumentaron del 43% al 57% los que están en desacuerdo. Al parecer, las expectativas que suscitaron las primeras privatizaciones contrastan con los resultados que éstas aportaron en la práctica. Los países donde se registra una actitud más crítica hacia las privatizaciones son Argentina, Costa Rica, Paraguay y Guatemala, en los que la oposición a estas operaciones de venta ha crecido más de un 20%.

Los encuestados perciben también que en sus países no se ha avanzado en la lucha contra la corrupción, la drogadicción y el narcotráfico. El 82% de los latinoamericanos cree que la corrupción es un problema "muy serio" y tres de cada cuatro dicen que ha aumentado mucho. Un 85% considera también a la drogadicción y al narcotráfico como lacras "muy serias".

Finalmente, la mayoría de los latinomericanos rechaza el embargo de EEUU hacia Cuba, aunque esta actitud disminuye desde el 61% de 1998 al 56% en la actualidad.