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Jospin cree que Europa "no funciona bien" y propone una profunda reforma de la UE

Criticado frecuentemente por su silencio, por su aparente falta de visión sobre el futuro de Europa, el primer ministro francés, Lionel Jospin, se destapó ayer tarde en la Asamblea Nacional con un discurso directo en el que dibujó la perspectiva de una Europa de dos velocidades, instó a la reforma urgente de las instituciones comunitarias y proclamó que "la Unión Europea no funciona hoy bien". Jospin desbrozó los ejes de la presidencia francesa de la Unión en el segundo semestre del año y afirmó que hará falta arreglar tres cuestiones centrales que no quedaron solucionadas en Amsterdam.

"Hay que dar a la Comisión un tamaño y una organización capaces de permitirle asumir su papel impulsor", dijo Jospin, "generalizar, con algunas excepciones, el campo de voto de la mayoría cualificada para evitar la parálisis, restituir conforme a las realidades demográficas el peso relativo de cada Estado miembro en las decisiones adoptadas por el Consejo de la Unión".En la misma línea de concentrar los poderes comunitarios, el primer ministro francés propugnó un Consejo "mejor estructurado que coordine mejor las actividades de la Unión y asuma el conjunto de sus prerrogativas en relación a las de la Comisión Europea y el Parlamento Europeo". El jefe del Gobierno francés anunció igualmente su propósito de mejorar el dispositivo institucional de la "cooperación reforzada" que puede permitir a algunos Estados "ir más deprisa y más lejos" en la Unión. "Gracias a esas cooperaciones reforzadas", indicó, "ciertos Estados podrán progresar en la integración dejando siempre a los demás la posibilidad de alcanzarlos a su ritmo. Esta perspectiva, todos somos conscientes de ello", añadió, "es esencial y lo será todavía más en una Unión ampliada".

De acuerdo con el discurso de Jospin, Francia empujará efectivamente desde la presidencia para que la Unión incorpore y refuerce un modelo social específico europeo. La consecución de ese objetivo, la divisa europea del socialismo francés, tendrá carácter prioritario. En el obligado consenso de la cohabitación que impone al presidente de la República y al primer ministro "hablar con un sola voz exterior", Jospin ha jugado fuerte para que la Europa social se convierta en la genuina aportación francesa.

"La modernización económica en Europa es inseparable del reforzamiento del modelo social europeo. Aunque, ciertamente, debemos satisfacer las exigencias de la competición económica mundial, nosotros no contamos con renunciar al modelo de sociedad que hemos construido a lo largo de medio siglo", dijo Jospin. Añadió, para que no quedaran dudas, que "una Europa más fuerte, más competitiva, es también una Europa al servicio de la justicia social".

Contra la discriminación

La agenda de ese primer eje de actuación la compone un programa que se aplicará en cinco años que incluye "niveles elevados de protección social, un derecho adaptado a las evoluciones del mercado laboral, una política de empleo que aplicar en función de las mutaciones del aparato industrial y la lucha contra todas las formas de discriminación".

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Como segunda prioridad de ese primer eje de actuación dedicado a poner a la Unión "al servicio del crecimiento y del pleno empleo", el jefe de Gobierno francés fijó "el reforzamiento del polo económico" representado por el Banco Central Europeo y el euro y se extendió sobre la necesidad, imperiosa para Francia, de llegar a la armonización fiscal. "Pese a las conocidas reticencias, nos esforzaremos igualmente", dijo, "en hacer avanzar la armonización fiscal necesaria para el funcionamiento del mercado único y la lucha contra la competencia desleal. Europa debe poner en práctica nuevas regulaciones económicas". Y añadió: "Para eso debe darse prisa en organizar el escenario financiero internacional a través, sobre todo, de la adopción de la directiva sobre el blanqueo de capitales". La extensión de Internet y de las tecnologías de la información, creadoras de puestos de trabajo, y la movilidad geográfica y cultural de los estudiantes europeos constituyen, asimismo, otros de los objetivos de la presidencia francesa.

A la "Europa social", Lionel Jospin sumó ayer la "Europa ciudadana" que se reconoce en la sanidad pública, en la protección de los consumidores, en la existencia de un "espacio judicial europeo", en el respeto al medio ambiente y en la aplicación de una política de inmigración y derecho de asilo comunes a los países de la Unión. El primer ministro preconizó la creación de una "autoridad alimentaria europea independiente" que ponga fin a contenciosos como el de la epidemia de las vacas locas.

La defensa europea ocupó un lugar preferente en el discurso del primer ministro francés. Tras invitar a los diputados a pasar revista al camino recorrido, Jospin subrayó que "hay que ir más lejos que el jalón que ha representado el despliegue del Eurocuerpo en Kosovo. Si conseguimos avanzar durante el segundo semestre habremos superado una etapa decisiva en la construcción europea".

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