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Israel reconoce que las negociaciones de paz desembocarán en un Estado palestino

El representante del primer ministro israelí Ehud Barak en las conversaciones con los palestinos admitió ayer que su país reconocerá a un Estado palestino. "El Estado palestino será el resultado de las negociaciones", declaró Oded Erán a la agencia Reuters antes de acudir a la segunda jornada de las negociaciones que se celebran en Eilat. Poco después, la oficina de Barak le enmendó la plana, pero el primer ministro siguió enviando signos positivos hacia los palestinos: su partido, el Laborista, apoyará mañana por primera vez de forma explícita la creación de un Estado independiente palestino.

Dichas conversaciones de paz se celebran en Eilat, en el sur de Israel y sobre el mar Rojo, y en ellas israelíes y palestinos negocian el estatuto permanente de los territorios palestinos, que desembocará en un acuerdo-marco (una suerte de declaración de principios) dentro de uno o dos meses y en un tratado definitivo de paz en septiembre de este año.La prensa israelí y extranjera informó de que el jefe de la delegación israelí, el diplomático Oded Erán, dijo ayer en Eilat que como consecuencia de las negociaciones sobre el estatuto permanente surgirá un Estado palestino. Erán repitió dos veces la frase. Poco después, la oficina del primer ministro dio a conocer un comunicado en el que aclaraba que Erán dijo que "si se creara un Estado palestino, sería resultado de negociaciones en las que los israelíes plantearán sus posturas a la luz del desarrollo de los acontecimientos".

Por otra parte, ayer se conoció la resolución que será sometida mañana al Congreso del Distrito de Jerusalén del Partido Laborista, en el que participará Barak. En ella se dice que Israel "reconoce el derecho de los palestinos a un Estado propio, junto al Estado de Israel". En la propuesta de resolución se matiza que "el derecho de los palestinos a la independencia cristalizará en el marco de un tratado de paz con Israel que tomará en cuenta los intereses vitales de este país".

En mayo de 1999, en vísperas de las elecciones generales, el Partido Laborista dijo que "no apoyará la declaración unilateral de un Estado palestino que se produzca antes de la firma del tratado definitivo de paz".

Dos años antes, en 1997, el último Congreso del Partido Laborista adoptó una resolución en la que se decía que "reconoce el derecho a la autodeterminación de los palestinos, y en ese contexto no rechaza la creación de un Estado palestino con soberanía limitada".

En todo caso, según recientes sondeos, los dos tercios de los israelíes consideran que la futura creación de un Estado palestino es un hecho, independientemente de que apoyen o no su creación.

Por su parte, el ministro palestino de Información y Cultura y principal negociador en las conversaciones con Israel sobre el estatuto permanente, Yasir Abed Rabbo, dijo ayer en Eilat que la creación de un Estado independiente para su pueblo "no está sometida a negociaciones, sino que será decidida por las instituciones palestinas".

Fuentes de la delegación palestina en Eilat comentaron que ayer se habló de fronteras, de la aplicación de la resolución 242 de la ONU que se resume en la fórmula de "territorios a cambio de paz", y de la exigencia de los palestinos de que Israel se retire a las líneas anteriores a la guerra de los Seis Días de 1967, en las que conquistó Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este, entre otros territorios. En los próximos días, ambas partes debatirán el futuro político de Jerusalén y de los asentamientos judíos, el problema de los refugiados y el reparto del agua. Los asuntos relativos al acuerdo-marco se trataron en la mañana de ayer. Por la tarde, debatieron el alcance de la tercera y última fase de la retirada israelí de Cisjordania en el marco de los acuerdos interinos firmados hasta ahora, para que en esos territorios entre en vigor la autonomía palestina.

La disposición de Barak a entregar a los palestinos en esa retirada tres aldeas próximas a Jerusalén levanta ampollas no sólo en la oposición de derechas, sino en el ala más conservadora de su propio Gobierno, que también coincide con aquélla en su rechazo a un Estado palestino.

Por esa razón, Barak aplazó el debate del Gobierno sobre el traspaso de las aldeas de Abu Dis, El Azariya y Suwahara, previsto para mañana, y los palestinos dijeron en Eilat que no habían recibido ningún anuncio o propuesta oficial de Israel al respecto. Manifestantes palestinos lanzaron ayer piedras en Abu Dis contra un coche de responsables israelíes que habían acudido a protestar contra el proyecto de transferencia de esta localidad a la Autoridad Palestina, informa France Presse. Eran el alcalde israelí de Jerusalén, Ehud Olmert (de la oposición derechista), y el ministro del Interior, Nathan Chtcharansky. Los palestinos han construido ya un gran edificio en Abu Dis que supuestamente será su Parlamento.

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