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La mafia que traficó con magrebíes en Canarias controla la entrada masiva de subsaharianos

Barcos nodriza chinos y coreanos arrastran pateras sin patrón hasta la costa

ENVIADO ESPECIALLa misma mafia marroquí que durante los dos últimos años ha controlado el tráfico de pateras entre las costas de África occidental y Canarias está organizando el desembarco masivo de ciudadanos subsaharianos registrado en los últimos tres meses en las islas, según las autoridades del archipiélago. La fuerte demanda les lleva, en la mayoría de las ocasiones, a utilizar barcos nodriza que arrastran las pateras hasta pocos kilómetros de la costa. Los centros de acogida están desbordados y el Gobierno autónomo teme el estallido de brotes racistas.

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Una bomba de relojería

En los últimos tres meses y medio (desde el 1 de enero hasta el viernes) han alcanzado las costas 768 inmigrantes, 31 de ellos el pasado viernes. Mientras en 1999 el 86% de los sin papeles eran marroquíes, en lo que va de año el 88% son subsaharianos. El blindaje de las fronteras de Ceuta y Melilla, que ha obligado a quienes intentan entrar en Europa a buscar otra vía de acceso, y la imposibilidad de devolver a los recién llegados a sus países de origen, ya que éstos (al contrario de lo que sucede con Marruecos) no los reconocen como ciudadanos, parecen ser las causas de este cambio. Los centros de asistencia de las islas están colapsados y centenares de personas de raza negra deambulan por los parques del centro de Las Palmas, Puerto del Rosario (Fuerteventura) y Arrecife (Lanzarote)."Alguien se está haciendo de oro", afirma el sociólogo Íñigo Asensio, asesor del delegado del Gobierno en Canarias. "Desde Cabo Juby, al sur de Marruecos, hasta El Aaiún, la industria de las pateras es una actividad económica fundamental. Las mismas redes que antes se lucraban con los magrebíes son las que ahora traen a los subsaharianos hasta nuestras costas". Carlos Ndongo, director de la ONG Las Palmas Acoge, ratifica: "Detrás de esto se encuentran mafias marroquíes que recogen a sus clientes en Marruecos, Sáhara Occidental, Mauritania y Senegal".

No sólo la clientela, sino también los métodos de las mafias han dado un vuelco espectacular. Hasta el año pasado, las pateras llegaban gobernadas por un patrón. Ahora quienes intentan dirigirlas hasta la costa son los propios inmigrantes, que jamás se habían visto a bordo de una chalupa. Ésta pudo ser, a juicio de los expertos, la causa del hundimiento de una de las siete pateras que el pasado domingo llegaron a Fuerteventura y Lanzarote. En aquella ocasión se ahogaron dos mujeres, una de ellas embarazada de tres meses.

Las declaraciones de algunos subsaharianos, junto a la ausencia de patrones, hacen sospechar a las autoridades que las redes utilizan barcos nodriza que sueltan las lanchas con su carga humana a pocas millas de la costa. Íñigo Asensio señala que la gran cantidad de buques del sector petrolero que permanecen a la espera del desguace en los puertos de Nigeria, país del que provienen más del 50% de los inmigrantes llegados este año, podrían estar siendo utilizados para este cometido. Carlos Ndongo tiene testimonios precisos de los inmigrantes alojados en los locales de Las Palmas Acoge: "Navíos con tripulación marroquí y pesqueros chinos y coreanos arrastran las pateras hasta cerca de la costa. Otras veces, la tripulación simplemente da a los inmigrantes un chaleco salvavidas y les dice: 'Nadad hacia aquella luz".

Las autoridades de Canarias ya se han hecho a la idea de que este año la avalancha de sin papeles puede rebasar las previsiones más pesimistas. La discusión estriba en cómo atajarla. Tanto Carlos Ndongo como Marcial Morales, consejero de Asuntos Sociales del Gobierno autónomo, señalan que las islas son muy vulnerables y que los medios existentes para controlar la frontera son insuficientes. En la Delegación del Gobierno se defienden: "Ésta es una de las zonas mejor patrulladas de Europa". El sociólogo Íñigo Asensio apunta por qué las medidas de seguridad no pueden endurecerse: "El año pasado vinieron a Canarias 9.800.000 turistas. Si empezáramos a controlar puertos y aeropuertos mataríamos la gallina de los huevos de oro".

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Morales propone una alternativa política para abordar el problema: "España no tiene un modelo de cooperación con el noroeste de África. Madrid debe presionar a Marruecos no sólo por el problema que viene de allí, sino también para evitar que siga muriendo gente en el mar. Y el Gobierno central ha de controlar a las personas que llegan. Sólo entonces", concluye, "podremos garantizar el orden, al que nuestra población tiene derecho, impedir que los inmigrantes se escondan, formen guetos y sean esclavizados. Y evitar que se produzcan actitudes xenófobas".

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