Aznar fija el pleno empleo y la paz en Euskadi como prioridades de su segunda legislatura

José María Aznar fijará como prioridades de su acción de Gobierno el logro del pleno empleo y la pacificación del País Vasco. Sobre estos ejes girará su discurso en el debate de investidura, que se celebrará los próximos martes y miércoles, y para los que reclamará la colaboración de partidos y sindicatos. También tiene previsto buscar el consenso sobre los ocho compromisos de Estado que avanzó en su campaña electoral.El presidente ha pedido papeles a los ministros y preparado su intervención con el vicepresidente económico, Rodrigo Rato. En ella tratará de clarificar los objetivos de su Gobierno y establecer un calendario de compromisos para acabar con el paro y pacificar Euskadi.

Aznar admite que son dos objetivos muy ambiciosos, pero cree posible impulsarlos en estos cuatro años. Para ambas metas pedirá el concurso de todas las fuerzas políticas y sociales, que a priori lo tiene garantizado, con la exclusión del PNV y Eusko Alkartasuna, que plantean la pacificación vasca por la vía del pacto de Estella con EH. El presidente buscará el consenso para presentar una alternativa a ese pacto, bien por la revitalización de la Mesa de Ajuria Enea o con otra fórmula lo más aglutinadora posible.

Aznar tratará de sumar apoyos para diluir la imagen prepotente que puede acompañar a la mayoría absoluta con que cuenta. De ahí que combine los compromisos programáticos del PP con ofertas de pactos de Estado a los partidos, si bien establecidas desde su campo de juego.

Así, ofrecerá a los nacionalistas catalanes y canarios participar, junto con las comunidades autónomas, en el nuevo modelo de financiación autonómica. Pero no será desde la propuesta de Convergència i Unió (CiU) -un amplio pacto fiscal-, sino desde el propio programa del PP, el llamado plan Zaplana, el presidente de la Comunidad Valenciana, que consiste en la cesión de los impuestos especiales y de un mayor porcentaje del IRPF a dichas comunidades. Lo mismo sucederá con la reforma para convertir el Senado en Cámara territorial. "Diálogo, sí, pero imposición negociadora, no". Es el lema acuñado en el PP para la nueva legislatura.