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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Electricidad verde

el cumplimiento de los acuerdos de Kioto sobre limitación de la emisión de gases contaminantes a la atmósfera exige reducir el uso de combustibles fósiles para producir electricidad, lo que implica profundizar en las medidas de ahorro energético y modificar la composición de las fuentes de energía primaria utilizadas en los países más ricos, que son los que más consumen y contaminan. De las energías más limpias, la biomasa tiene la ventaja de ser renovable, pero su combustión produce también gases de efecto invernadero, y la hidroeléctrica ha sido ya exhaustivamente aprovechada en nuestro país, mientras que la eólica es la única que parece abierta a una mayor explotación.La vicepresidenta de la Comisión Europea, Loyola de Palacio, presentó la semana pasada una propuesta de directiva europea cuyo objetivo es precisamente estimular la diversificación energética para cumplir los compromisos adquiridos en materia de emisión de gases. La apuesta fundamental es el aumento hasta un 22% de la producción de electricidad proveniente de fuentes renovables para el próximo decenio. Todos los países europeos tendrán que hacer un esfuerzo, especialmente aquellos que como el Reino Unido están muy lejos de este objetivo, mientras que España deberá aumentar la producción desde el 19% actual hasta el 30%.

Un objetivo tan ambicioso exige incrementar el apoyo a la investigación energética tanto para encontrar fuentes nuevas como para reducir el impacto de las antiguas, al tiempo que siguen aplicándose los mecanismos de subvención en vigor a las energías alternativas. Pero no es realista pensar que esas ayudas se mantendrán indefinidamente; en algún momento las energías verdes tendrán que competir con las tradicionales, cuyo precio tenderá a aumentar a medida que sean más escasas. La búsqueda de energías alternativas válidas en volumen, precio e impacto medioambiental es una de las tareas básicas de nuestro tiempo, pero es preciso señalar que no existen fuentes de energía completamente limpias. En todos los casos se producen transformaciones físicas con efectos sobre el ambiente como, en el caso de la eólica, la utilización masiva de territorio. El problema es ponderar la gravedad y la reversibilidad de esos efectos y minimizarlos tanto como sea posible.

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