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PATRIMONIO - EL EDIFICIO DATA DEL SIGLO XVI

La Comunidad restaura la iglesia del convento de las clarisas de Griñón

La Comunidad de Madrid ha destinado 30 millones de pesetas a las obras de restauración de la iglesia anexa al convento de las Hermanas Clarisas de Griñón (4.000 habitantes). El edificio, que data del primer tercio del siglo XVI, cuenta con importantes estructuras mudéjares. El monasterio de Nuestra Señora de la Anunciación de las Hermanas Clarisas acoge en la actualidad a una comunidad de 12 monjas que volvieron a ocuparlo, tras años de abandono, en el año 1970.

La arquitectura del convento se organiza en torno a dos claustros, uno interno, alrededor del cual se distribuyen las dependencias de la comunidad religiosa, y otro externo, volcado hacia las huertas. El edificio conventual se aísla del exterior con potentes muros de ladrillos y cajones de mampostería realizados según tradición artesanal toledana.En uno de los laterales del claustro mayor se sitúa la iglesia, un sencillo recinto de una sola nave que hoy día está cubierta de una falsa bóveda con lunetos. Un arco triunfal separa la nave del presbiterio; éste se cubre con una espectacular cubierta octogonal de artesa, interesante ejemplo de arquitectura mudéjar. Estas estructuras mudéjares de madera están también presentes en los dos coros, bajo y alto, que se sitúan a los pies de la iglesia, separados de ésta por una reja que permite a las hermanas clarisas mantener su clausura.

A causa del deterioro producido por las inclemencias del tiempo, la parte central de la estructura de madera tallada que cubre el presbiterio estaba a punto de hundirse sobre el altar. La intervención realizada, llevada a cabo bajo la dirección de las arquitectas Carmen Rojas y Ángeles González, ha supuesto levantar toda la cubierta, desmontar todos los componentes del intrincado ensamblaje de las piezas de la estructura de madera y reponer y restaurar las partes dañadas, para después volver a armarlas en su forma primitiva.

Completada esta restauración y protegida la cubierta del presbiterio, la reforma se ha extendido al resto de la iglesia con un nuevo solado e iluminación, y especialmente con un acabado de sus paramentos y bóvedas, los cuales recuperan el color azul primitivo de la iglesia, de cuya existencia se han encontrado restos al picar las paredes para reparar los daños.

En la iglesia, cuyas obras visitó ayer el viceconsejero de Promoción y Patrimonio Histórico, Juan Carlos Doadrio, destaca el magnífico retablo renacentista, de madera dorada y policromada, dedicado a la Anunciación, una joya del patrimonio artístico de la Comunidad que ya fue restaurada por Patrimonio Histórico en 1991. Este retablo, en el que predominan los rojos y azules, está dedicado a la vida de la Virgen, y se decora con 16 tablas pintadas al óleo. Fue realizado por Juan Correa de Vivar, pintor de la escuela toledana, discípulo de Juan de Borgoña y ejecutado a mediados de la década de 1530.

El convento fue fundado en el primer tercio del siglo XVI por Rodrigo Vivar, que ejercía como canónigo de la catedral de Zamora. Se construyó en unas tierras que la familia Vivar poseía en las afueras de esta localidad y que hoy han quedado incorporadas al núcleo urbano del municipio.

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