El centro-izquierda rechaza las elecciones anticipadas en Italia y busca un nuevo líder
El primer ministro italiano, Massimo d'Alema, pronunciará hoy ante las dos cámaras del Parlamento italiano el que podría ser su discurso de despedida como jefe del Ejecutivo de centro-izquierda. La posición de los socios de la coalición, unánimemente favorables a un cambio de líder, no ofrece otra salida a D'Alema, tras el fracaso sufrido en las elecciones regionales del domingo. Tanto los sectores centristas y socialistas como Los Verdes manifestaron ayer públicamente sus preferencias por un candidato de centro para sustituir cuanto antes a D'Alema y evitar la convocatoria de elecciones anticipadas.
Todo apunta a que D'Alema ni siquiera apurará el cáliz del voto de confianza. De hecho, sólo está previsto que pronuncie su discurso, primero en el Senado; luego, en la Cámara de Diputados, y asista al posterior debate. Se especula con la posibilidad de que hoy mismo presente su dimisión al presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi, sin someterse a una votación. No se trataría de una repetición del gesto del lunes, cuando, ante la abrumadora derrota sufrida en las elecciones del domingo -que han dejado 8 de las 15 regiones en liza en manos del centro-derecha-, D'Alema acudió al Quirinal para poner su cargo a disposición de Ciampi, "por sensibilidad política". Ciampi rechazó entonces la dimisión y le envió ante el Parlamento. "Esta vez sería una renuncia irrevocable", señalaban ayer fuentes próximas al primer ministro.
Consultas preceptivas
De confirmarse la renuncia de D'Alema, Ciampi iniciaría las consultas con los diferentes líderes de los partidos con representación parlamentaria y con los ex presidentes de la República, como es preceptivo. Si de estas conversaciones emergiera la existencia de una mayoría clara para el centro-izquierda, Ciampi podría encargar la formación de un nuevo Gobierno a una personalidad de este área política. También podría optar por encargar la formación de un Gobierno institucional guiado por el presidente del Senado, el democristiano Nicola Mancino, o, en última instancia, disolver las cámaras y convocar nuevas elecciones, con lo que la celebración del referéndum del 21 de mayo sobre el sistema electoral tendría que posponerse un año.
Sin embargo, la complejidad de la política italiana aconseja mantener todas las hipótesis abiertas, incluida la de la permanencia de D'Alema al frente del Ejecutivo, al menos hasta la celebración del referéndum. Ésta era la idea inicial del líder ex comunista, pero hasta última hora las dificultades de encontrar una base suficientemente amplia de apoyo en la coalición le han impedido materializarla.
Ayer mismo, tras la reunión de los jefes de los grupos parlamentarios de los distintos partidos del centro-izquierda, se produjo una verdadera desbandada en la coalición. El líder del democristiano Partido Popular Italiano (PPI), Pierluigi Castagnetti, anunció sin medias tintas: "Ha terminado una fase política y hay que iniciar otra". Y para dar esta impresión de novedad, según Castagnetti, "es necesario un nuevo líder que comunique con los nuevos sectores sociales".
Al centro-izquierda no le sobran caras nuevas, pero circula ya una lista de candidatos a la sucesión de D'Alema en la que despunta el ministro del Tesoro, Giuliano Amato, un socialista independiente con experiencia en guiar gobiernos en fases de transición.
La Federación de Los Verdes fue la primera en hacer pública su preferencia por Amato. Se trata de un centrista, un moderado que podrá hacer confluir sobre su persona los votos de la coalición, opinan Los Verdes, apoyados por la mayoría de los socios centristas de la coalición, e incluso de los comunistas de Armando Cossutta.
El propio Amato dijo ayer, desde EEUU, sentirse "halagado" por la propuesta. "Pero, además de un líder, se necesita un vehículo vencedor para ganar", añadió el ministro, aludiendo al estado de fragmentación en que se encuentra el centro-izquierda. Otros nombres que se barajaban en Roma ayer para sustituir a D'Alema son los de Lamberto Dini, actual ministro de Exteriores, y Antonio Fazio, democristiano y gobernador del Banco de Italia.
Defensa de los referendos
La maquinaria del centro-izquierda no parece lo bastante engrasada como para conducir a líder alguno al triunfo en estos momentos. Sin embargo, existe una unanimidad sorprendente en defender la importancia de que se celebren los referendos (en realidad, son siete) del 21 de mayo, sobre todo, por las implicaciones en la Ley Electoral.
Hasta ahora los partidos menores eran contrarios a esta consulta popular, pero la necesidad de ganar tiempo para reconstruir la coalición con vistas a las elecciones de 2001 les ha hecho recapacitar.
Lo más sorprendente de la jornada de ayer fue, con todo, el silencio del principal partido de la izquierda, los Demócratas de Izquierda (DS), al que pertenece D'Alema. Pese a haber sido desbordado por el partido de Silvio Berlusconi, que ha superado el 25% de los sufragios el domingo, el DS se mantiene muy por delante de los restantes socios de coalición, con cerca del 18% de los votos. Aun así, la voz del ex Partido de los Comunistas Italianos ha sonado muy débil en estas horas.
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