La Cumbre Sur concluye con mucha retórica y pocos resultados
La Cumbre Sur, que durante cinco días reunió en La Habana a presidentes y líderes políticos de 122 naciones en desarrollo, concluyó ayer con más retórica que resultados concretos y con la constatación de que la deseada unidad de estos países no es más que una quimera. La declaración final aprobada por las naciones que integran el Grupo de los 77, que representa al 80% de la población mundial, atacó el neoliberalismo y la globalización, demandó ayuda de los países industrializados y exigió alivios o la cancelación total de la deuda externa. En suma, se pronunció por cambiar el orden económico y financiero internacional que perpetúa la miseria de los más pobres. Como se esperaba, Fidel Castro fue el gran protagonista de la cumbre y el más radical. El veterano líder comunista, de 73 años, pidió la "demolición" del Fondo Monetario Internacional, la condonación total de la deuda externa de los países pobres, que alcanza ya los 437 billones de pesetas, y planteó al Sur la necesidad y obligación de unirse o morir.
"Si a la Cumbre Sur asistieron 122 de los 133 países que pertenecen al Grupo de los 77, en los pasillos había 180 posturas diferentes", exageraba uno de los invitados europeos. Sin embargo, no le faltaba algo de razón. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, único mandatario latinoamericano que viajó a La Habana, pareció estar de acuerdo al señalar que además de las exigencias a los países industrializados hay que "trabajar en el interior" del Grupo de los 77. "Antes de mirar la paja en el ojo ajeno, hay que mirar la que tenemos en el nuestro", afirmó Chávez. Significativo también fue que, durante la cumbre, Jiang Zemin, presidente de China, país que pertenece al Grupo de los 77, se encontraba de visita en Israel.
El Plan de Acción que aprobó el Grupo de los 77 propone, entre otros objetivos, "buscar el fortalecimiento del papel de las Naciones Unidas en el desarrollo de la cooperación internacional", "fortalecer la capacidad de negociación del G-77" e "intensificar esfuerzos para revisar y reformar el sistema de la Organización Mundial de Comercio como forma de mejorar el acceso a los mercados de interés para las naciones en desarrollo".
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