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Cambio en la rehabilitación

La construcción de viviendas ha experimentado durante los últimos cuatro años una frenética actividad en Euskadi. El crecimiento del empleo y la bajada de los tipos de interés han provocado un aumento de las ventas, hasta el punto de que la edificación de viviendas ha alcanzado en el periodo 1996-1999 su cota más alta con el inicio de 47.348 pisos, un 35% más que en el cuatrienio anterior, donde apenas se llegó a los 35.000. De los 47.348 pisos comenzados, sólo 11.611 son de protección oficial y de carácter social, es decir, financiados con ayuda del Departamento de Vivienda.

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Entre las principales novedades que incorporará el segundo Plan Etxebide para el periodo 2000-2003 figura la de las ayudas a la rehabilitación. Hasta ahora, cuando el departamento concedía subvenciones para rehabilitar, el piso pasaba a régimen de protección oficial al menos durante veinte años, lo que impedía a sus propietarios venderlo sin consultar previamente con el Gobierno. Esta circunstancia retraía a muchos propietarios, que preferían no recurrir a estas ayudas. El viceconsejero de Vivienda, Miguel Ángel Delgado, anunció ayer que la concesión de las futuras ayudas para rehabilitación no conllevará esta exigencia. "Se trata de que estas subvenciones sean lo más atractivas posibles para las personas que necesitan rehabilitar su hogar", señaló.

El nuevo Plan Director prevé la construcción de 14.000 pisos protegidos, 2.000 más que en el anterior cuatrienio. De éstos, casi la mitad se destinarán al alquiler. Este tipo de viviendas no rebasarán las 25.000 pesetas de renta mensual. El documento de planificación está siendo ultimado por el departamento, que prevé remitirlo después de las vacaciones de Semana Santa al Consejo de Gobierno y al Parlamento. Los grupos de la oposición ya tienen conocimiento de algunos pormenores del Plan, que trata de lograr el mayor consenso posible.

Entre 1996 y 1999 se construyó un 35% más de pisos que en los cuatro años anteriores

El consejero de Vivienda, Patxi Ormazabal, realizó ayer el balance del primer Plan Director de Vivienda 1996-1999, aprobado por el Parlamento vasco en junio de 1996. Este documento marca las directrices de la política del departamento en relación con los pisos protegidos y la concesión de ayudas a la adquisición de vivienda. Ormazabal se mostró satisfecho del grado de cumplimiento de los objetivos previstos en el Plan, sobre todo en lo que se refiere a viviendas iniciadas: se ha edificado un 97% de las 12.000 previstas en un principio. El incremento de la construcción de pisos (libres y protegidos) no ha conllevado, sin embargo, una reducción en los precios del mercado. Al contrario. El coste de los pisos no ha parado de subir en los últimos años. La aplicación del Plan Director, explicó Ormazabal, se ha producido en una coyuntura del mercado caracterizada por la existencia de una gran cantidad de ciudadanos que durante mucho tiempo esperaba encontrar las condiciones para acceder a un piso y en los últimos años se ha encontrado con la situación propicia.

Así, la fuerte demanda, empujada por la reducción de los tipos de interés y la mejoría del mercado laboral, ha provocado una venta más rápida de los pisos y enormes tensiones en los precios: El coste medio de las viviendas nuevas libres alcanzó las 287.000 pesetas por metro cuadrado en el último trimestre de 1999 (ver EL PAÍS del 2 de abril), frente a las 250.000 pesetas de principios de 1996. El precio de la vivienda usada, por su parte, llegó en el cuarto trimestre del último año a las 355.000 pesetas por metro cuadrado, frente a las 233.000 de 1996.

26 millones por 90 metros

Traducido en millones de pesetas, significa que un piso nuevo de 90 metros cuadrados viene a costar en el mercado libre unos 26 millones de pesetas por término medio (22,5 millones en el 96). Si se trata de una vivienda usada, normalmente más cercana o integrada en el centro de las ciudades, el precio alcanza unos valores medios de 32 millones de pesetas actualmente (21 millones en 1996).

Por el contrario, el consejero destacó el hecho de que el precio de las viviendas protegidas se ha mantenido estable durante todo el periodo. "Un piso de 90 cuadrados [la superficie máxima para una vivienda protegida] cuesta ahora 10,5 millones, lo mismo que en 1996", subrayó Ormazabal.

El titular de Vivienda reconoció algunos "errores" en la aplicación del Plan Director, como la tardanza en poner en marcha las sociedades públicas dedicadas a promover y gestionar casas sociales en alquiler, y la adquisición de suelo, pero apuntó que el documento ha demostrado su utilidad para desarrollar una política de vivienda. Así, el departamento adquirió durante los últimos cuatro años suelo para 9.071 pisos, frente a un objetivo de 14.000 viviendas que recogía el Plan. La consejería se ha implicado en la rehabilitación de 32.000 casas, 20.000 menos de las que establecía el documento. Según Ormazabal, los muchos requisitos que se exigen al propietario fueron el mayor obstáculo. El Gobierno concedió 128.509 millones de pesetas en préstamos para la compra de vivienda sobre una previsión de 191.708.

La construcción de viviendas protegidas alcanzó su récord durante el último año, cuando se iniciaron un total de 3.612, que se repartieron de la siguiente manera: 943 en Álava, 2.031 en Vizcaya y 638 en Guipúzcoa.

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