El exilio cubano prepara una masiva muestra de desobediencia civil
Los exiliados cubanos de Miami calentaban ayer los motores con "protestas-ensayo" para la que, según ellos, será una masiva muestra de desobediencia civil el día que a Elián lo saquen de la casa de su tío Lázaro González en la Pequeña Habana. Paralelamente a esa estrategia de fuerza, otro tío abuelo, Delfín, viajó a Washington para reunirse con el padre del niño, Juan Miguel, en un último intento desesperado de arreglar las cosas entre familia, ahora que les han fallado las vías legales y políticas. Sin embargo el padre rechazó el encuentro.Lázaro reiteró su postura de acatar las leyes, pero lo hará "de forma pasiva, no activa", según su abogada, Linda Osberg-Braun. Traducido a lenguaje coloquial, los parientes no entregarán voluntariamente a Elián a su padre, pero no se resistirán si lo van a buscar a su residencia. Los grupos anticastristas radicales que han hecho bandera del caso de Elián admiten haber perdido el pulso de poder con el Gobierno de EEUU, pero están decididos a hacerle difícil lo inevitable.
Los principales escenarios de ensayo de ayer fueron la casa donde está Elián y el aeropuerto internacional. En el primer (y permanente) puesto de guardia intentaron formar una cadena humana con la que, cuando llegue el día señalado, tratarán de impedir la entrada de las autoridades. En el aeropuerto estaba prevista a últimas horas de la tarde (madrugada en la España peninsular) una manifestación con coches para detener el tráfico, que los viernes suele ser de por sí caótico, porque a esas horas es cuando salen todos los vuelos del fin de semana. "Estamos listos para hacer todo lo que esté en nuestro poder para dignificar nuestra causa", decía frente a la casa donde está el niño Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, que lidera la convocatoria de actos de protesta.
Dispuestos a ser detenidos
Sánchez no quiso revelar detalles de su plan de acción y se limitó a decir que no harían llamamientos a la violencia, pero estaban dispuestos a que los detuvieran. Los alcaldes que la semana anterior desafiaron al Gobierno federal negándose a prestar sus fuerzas policiales para el traslado de Elián, ayer cambiaron el tono y pidieron cordura. "Miami no es un pueblo violento; debemos recordar que la fuerza está en rezar", afirmaba el alcalde de Miami, Joe Carollo. "El que un grupo de 80 o 100 personas proteste es normal en cualquier ciudad, pero aquí hay más de dos millones de personas".
Aunque hasta ahora sólo han sido palabras de amenaza y escaramuzas, la temperatura de los ánimos está visiblemente en ascenso. "Reno, acuérdate de Waco", decía una de las pancartas, refiriéndose a la toma que hizo hace tres años el FBI de un centro en el que murieron decenas de niños de un culto cuyos líderes se negaron a rendirse. Ayer, los dispositivos de seguridad se mantenían, por si acaso, en grado de alerta en los puntos urbanos que son foco de las protestas.
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