Castro despidió de madrugada a Juan Miguel con honores de héroe

Fidel Castro acudió ayer, a las cuatro de la madrugada, al aeropuerto José Martí de La Habana para despedir a Juan Miguel González y su familia. El presidente cubano acompañó al padre de Elián hasta la escalerilla del avión, le posó la mano en el hombro, le dio ánimos y lo abrazó delante de las cámaras con gesto solemne, como si, además de ir a buscar a su hijo, Juan Miguel fuese a cumplir una misión patriótica. Por primera vez en cuatro meses, el padre sonrió y alzó el pulgar en señal de victoria.Horas antes, al pronunciar un discurso ante 5.000 estudiantes, Castro había anunciado que el padre del niño balsero viajaría acompañado de su esposa, Nercy Carmenate, y del hijo de ambos (aunque el abogado que lo representa en EEUU, Gregory Craig, aconsejó que viajase solo), para dejar a los enemigos sin argumentos: "Para que luego no digan que la familia se queda en Cuba como rehén", dijo.

El presidente cubano cree que "ya no hay forma de escaparse a la obligación de entregar el niño al padre". Castro estima que el reencuentro de Elián con su padre podría ser "cuestión de días". Poco después de la marcha de Juan Miguel a EEUU, Castro indicó a los periodistas que Elián podría regresar a la isla en un plazo mínimo de 10 días y máximo de dos meses, dependiendo "de las decisiones judiciales y de la actitud de los parientes en Miami".

Aunque el veterano líder trató de no pecar de un exceso de optimismo, en un momento dado sentenció: "La batalla de Elián está ganada", aunque después admitió que quedan algunos asuntos "preocupantes" que no están resueltos. El principal, según Castro, "el riesgo físico que el niño pueda correr ante una mafia enfurecida, que es capaz de hacerle daño intencionadamente". El segundo es, a su juicio, que EEUU no ha resuelto cómo hacer cumplir la orden de la entrega del niño.