'19 días y 500 noches' da a Joaquín Sabina cuatro Premios de la Música La agrupación gallega Luar Na Lubre consigue dos galardones

"La juventud venimos arrollando", fue la última frase de Joaquín Sabina, al recibir ayer su cuarto trofeo en los Premios de la Música por su disco 19 días y 500 noches. Y, en cierta forma, cerró con el lema correcto una noche en la que las principales ovaciones y los galardones más preciados fueron a manos de veteranos artistas, llenos aún de fervor creativo, junto al homenaje póstumo a dos de las grandes figuras de la música española del siglo que dejamos atrás: Alfredo Kraus y Camarón de la Isla.

La gala de los Premios de la Música, dirigida por Miguel Bosé, que organizan por cuarto año consecutivo la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) y la Asociación de Intérpretes y Ejecutantes (AIE), estuvo estructurada en cinco bloques, cada uno dedicado a una de las cinco últimas décadas. La infatigable verborrea de Matías Prats animó los primeros momentos de una noche en que la mirada al pasado parecía querer confirmar el valor de lo presente. Los cinco estupendos documentales que pasaron revista a cada década permitieron comprender que lo que ahí contaba era la profesionalidad, la persistencia y el talento. Sabina era candidato en cinco categorías y ganó en cuatro: mejor autor de pop, mejor artista pop, mejor canción y mejor álbum de 1999. Fue el gran triunfador de la noche, pero venía cantado.

Quizá la más decepcionada haya sido Luz, que con cuatro candidaturas por su disco Un mar de confianza sólo obtuvo el premio al mejor vídeo musical, realizado por David Alcalde. Seguramente lo esperaba, no estuvo en Madrid sino en México, donde está de gira. El grupo gallego Luar Na Lubre obtuvo dos premios (mejor álbum de nuevas músicas y mejor canción en gallego), pero nadie más repitió.

Los otros ganadores fueron Andrés Calamaro (mejor autor de rock), que dedicó sus premios a dos músicos desaparecidos pero muy recordados: Pepe Risi, de Burning, y Enrique Urquijo; Rosendo (mejor artista de rock); Vicente Amigo (mejor autor de flamenco); Rafael de León y Manuel López-Quiroga (mejor autor de canción española); Manuel Quijano (autor revelación); Tamara (artista revelación); DJ Kun (mejor tema de tecno-dance); Maria del Mar Bonet (mejor canción en catalán), y Fermín Muguruza (mejor canción en euskera). Hevia obtuvo el premio a la mejor gira nacional o internacional que otorga la organización.

Mención especial merece Carlos Cano, que no estuvo presente para recoger su premio al mejor artista de canción española, pero que envió en su lugar a una niña granadina hija de marroquíes, con un mensaje de tolerancia, y dedicó su premio a los niños de El Ejido. Fue uno de los momentos más emotivos de la gala, junto a la ovación de las casi seis mil personas que abarrotaban la plaza de toros de Vista Alegre, en el madrileño distrito de Carabanchel, a María Dolores Pradera (premio de honor) y los cerrados aplausos de homenaje y recuerdo a Alfredo Kraus (mejor artista de música clásica) y Camarón de la Isla (mejor aritsta de flamenco por su disco París 1987, un concierto inédito publicado en disco el año pasado).

Diego A. Manrique ganó el premio al mejor programa musical de radio, por su ya clásico Ambigú, y Miguel Bosé obtuvo, por segundo año consecutivo, un trofeo por Séptimo, mejor programa musical de televisión. También fue el segundo premio para el sello Subterfuge (mejor compañía discográfica independiente) y Compay Segundo (mejor álbum de música tradicional folk).

El premio latino a toda una vida recayó en Armando Manzanero y el premio latino revelación a los también mexicanos Molotov, que alardearon: "¡Le ganamos a Ricky Martin, aleluya!"

Esto no son los Oscar

Hubo en los Premios de la Música varios guiños a la reciente ceremonia de los Oscar. El premio a la mejor banda sonora, para Todo sobre mi madre, arrancó un agudo grito de "¡Pedro!" a la modelo Verónica Blume. Sabina no quiso ser menos que Almodóvar y dedicó sus triunfos no a santos y vírgenes sino a los más mundanos Antonio David Flores, Yola Berrocal, Loco Mía, Sofía Mazagatos y el padre Apeles, además de una mención más seria a su productor Alejo Stivel. El tercer premio lo agradeció en inglés y prolongó su discurso tanto que el presentador, Miguel Ríos, tuvo que tirar de él para arrancarlo del escenario.

Otros importantes premios norteamericanos estuvieron más cerca. Eduardo Bautista, directivo de la SGAE, recibió ayer en la gala un galardón especial de la Academia que otorga los premios Grammy.