_
_
_
_
_

Las familias de los dos jóvenes aplastados por una grúa recibirán 38 millones

El Juzgado de Instrucción número 7 de Bilbao ha condenado a la empresa Vizcaína de Edificaciones SA. al pago de 38 millones de pesetas, en concepto de indemnización, a las familias de los dos jóvenes que murieron aplastados por una grúa el pasado 27 de diciembre en Bilbao. Ese día, un vendaval azotó Euskadi y se registraron vientos de hasta 170 kilómetros por hora. La titular del juzgado, Nekane San Miguel condena también al gruísta por imprudencia al no "asegurar la estabilidad [de la grúa] frente al viento anunciado".

Sólo una semana ha tardado la magistrada Nekane San Miguel en resolver sobre el juicio celebrado por la muerte de los jóvenes Francisco Javier Viera Estévez y Aitor Ruiz Etxegoien, ambos de 17 años. Los dos amigos fallecieron el pasado 27 de diciembre cuando transitaban por la calle Santiago Brouard de Bilbao y se desplomó una grúa a su paso.La juez tenía que dirimir si las empresas relacionadas con la obra donde estaba instalada la máquina y el operario responsable de su manejo incurrieron en un delito de imprudencia o si, por el contrario, el accidente se debió a "causa mayor", debido a las rachas de viento de hasta 170 kiómetros hora que azotaron la comunidad vasca el día de los hechos, tal y como argumentaron las defensas en la vista.

La juez determina en su sentencia que existió imprudencia con resultado de muerte y condena a S.A.G., gruísta y jefe de obra, a dos meses de multa a razón de dos mil pesetas al día.

La magistrada no da por bueno la hipótesis esgrimida por las defensas de que "la grúa se hubiera caído de todos modos" y concluye que se desplomó debido a que "opone una resistencia a un viento fuerte que la hace caer, y, que de estar 'liberada' no hubiera opuesto tanta resistencia".

Sin estabilidad

San Miguel considera determinante que el gruísta encargado no colocase la máquina en la posición adecuada de ''veleta", es decir, "fuera de servicio" y que, por lo tanto, "no pudo asegurar la estabilidad frente al viento anunciado".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pero, la juez va más allá y llega a señalar que "una mínima previsión y aplicación de la legislación laboral debió llevar a desmontar" la grúa ante las previsiones meteorológicas.

Cuando San Miguel se refiere al tipo de compensación que debe plantearse ante una muerte, reconoce

la dificultad de medir "la intensidad del sufrimiento" de los familiares de los fallecidos y resalta "lo delicado" de determinar la indemnización. Deduce que la única alternativa es establecer una cantidad de dinero. Así, condena a Vizcaína de Edificaciones SA., empleadora del condenado, al pago de 16 millones a los padres de Francisco Javier Viera, y de cuatro a su hermano.

También obliga a que se indemnice con 12 millones al abuelo de Aitor Ruiz Etxegoien, "que ha criado toda la vida a su nieto", y con dos millones al padre, "que sólo le visitaba de vez en cuando y nunca le atendió en sus necesidades materiales". Y dictamina que la hermana del joven muerto reciba cuatro millones.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_