La posible repatriación de Elián enfrenta al Gobierno de EEUU con el exilio radical cubano

Miami era ayer una gran olla a presión al iniciarse la cuenta atrás del plazo dado por el Gobierno de EEUU para que los familiares del niño balsero Elián González se comprometan a entregarlo si pierden la apelación. A las siete de la mañana, en una polémica entrevista en televisión, Elián dijo que no quería que su padre fuera a Miami. "Me llevará a Cuba y yo no quiero volver", afirmó. Mientras, su tío abuelo se resistía a acatar las órdenes de devolver al niño mientras el Gobierno de EEUU ultimaba los detalles para iniciar su proceso de deportación hoy a las nueve de la mañana.

El exilio anticastrista trataba de dinamitar esa posibilidad con preparativos para paralizar la ciudad, respaldado por más de una veintena de alcaldes del condado que acusaron al presidente Bill Clinton de provocar la situación y le advirtieron de que la policía de Miami-Dade no ayudaría en la repatriación de Elián. En otras palabras, el Gobierno federal se ha quedado solo. Sin la interveción de las fuerzas policiales de Miami, los anunciados disturbios amenazan con provocar la situación más caótica que ha conocido esta ciudad en su historia reciente.Miles de exiliados cubanos esperan la consigna de los líderes anticastristas para lanzarse a las calles al tiempo que a pocos kilómetros, en la base militar de Homestead, agentes federales acotaban en la tarde de ayer un espacio que servirá como punto de encuentro entre Elián y su padre, Juan Miguel González.

Según el alcalde de Miami, Joe Carollo, la gestión de un visado para el padre es inminente. Envalentonado por el abrumador respaldo, el tío abuelo, Lázaro González, dijo a la cadena Telemundo: "No cooperaré con nada. Elián vive en esta casa y si quieren que vengan a sacarlo de aquí". Poco después tuvo que comparecer ante las autoridades de inmigración.

El Departamento de Justicia le dio ayer una cuarta oportunidad para que firmara un compromiso de entregar pacíficamente a Elián, a riesgo de perder su custodia temporal y retirar al niño el derecho de permanencia temporal en EEUU. Los abogados de Lázaro González sostienen que eso le limitaría los derechos de utilizar otros recursos legales en los tribunales de familia del Estado de Florida, de fallarle la apelación en las instancias federales y en el Tribunal Supremo para que a Elián se le conceda asilo político.

Al cierre de esta edición, el abogado principal de la defensa, Kendall Coffey, afirmó que había escasas posibilidades de que aceptaran la "imposición irracional y coercitiva del Gobierno". La batalla de los parientes de Miami para evitar que el niño regrese con su padre se convirtió ayer abiertamente en un pulso de poder entre el Gobierno de EEUU y el exilio anticastrista y sus seguidores.

Agotados otros recursos, el desafío a la autoridad mediante la fuerza y la amenaza de caos parecían ayer las cartas en juego del sector anticastrista de Miami. Saben que el último recurso que quiere usar el Departamento de Justicia es enviar a los servicios de seguridad a sacar a Elián. De tener que llegar a ese extremo, los agentes se encontrarían con un cordón humano de cientos de personas alrededor de la casa del niño en La Pequeña Habana. Esa es la primera de una lista de actos de desobediencia civil que una plataforma de grupos políticos de exiliados anunciaron ayer. Entre sus planes figura el bloqueo de las entradas al puerto y al aeropuerto y la paralización de las zonas céntricas de la ciudad, así como la organización de una flotilla naval para escoltar simbólicamente a Elián hasta Cuba.

En otro frente, el senador republicano Bob Smith propuso ayer en Washington la aprobación de una ley de urgencia para conceder la residencia legal en EEUU a toda la familia de Elián en Cuba.