Los maquinistas dejan sin servicio seis líneas de cercanías y varios trenes de largo recorrido

Un piquete de huelga de apenas 50 maquinistas logró condicionar ayer el día de 400.000 madrileños. La negativa de los trabajadores a cumplir los servicios mínimos en su quinto día de huelga paralizó la estación de Chamartín, dejó sin servicio seis de las nueve líneas de cercanías y obligó a más de 3.000 pasajeros de trenes de largo recorrido a llegar a su destino en autocar. La detención, el miércoles, de un maquinista acusado de sabotaje y perteneciente al sindicato SEMAF precipitó la acción de 40 de sus compañeros, que no se presentaron ayer en sus puestos de trabajo alegando "enfermedad".

El Sindicato Español de Maquinistas y Ayudantes Ferroviarios (SEMAF) inició el pasado 15 de marzo una huelga de 18 días alternos que se prolongará hasta mayo, y con la que pretenden conseguir la aprobación de un convenio propio para el colectivo de maquinistas, diferenciado del que Renfe está ya negociando con el conjunto de sus trabajadores. Los servicios mínimos acordados ("impuestos", según SEMAF), del 75% en hora punta y 50% en el resto del día, habían sido respetados en las cuatro jornadas anteriores.Pero ayer, la detención de un maquinista del sindicato, acusado de sabotear dos trenes y suspendido de empleo y sueldo hasta que se resuelva su expediente, movilizó a varios compañeros. Cuarenta de ellos (de los 50 que debían cubrir los servicios mínimos) decidieron no presentarse en la estación de Chamartín alegando "enfermedad". El servicio de seis de las nueve líneas de Cercanías (aquéllas que comunican la capital con el norte, este y oeste de la región) quedó suspendido a las seis de la mañana y así permaneció durante todo el día. 400.000 madrileños que a diario usan esas líneas tuvieron que buscarse otros medios para llegar a sus lugares de trabajo o estudio. También los trenes de largo recorrido resultaron afectados: los 3.000 viajeros de 14 trenes con salida o destino en Madrid fueron trasladados en autocares a sus lugares de destino, ante la presión de los piquetes.

El SEMAF representa, según Renfe, al 52% de los maquinistas y ayudantes ferroviarios: 2.877 trabajadores de un total de 5.498. El sindicato eleva ese porcentaje a más del 60%. La representatividad del SEMAF entre el conjunto de los empleados de la compañía es del 12%. Los sindicatos mayoritarios son CC OO y UGT, que sin embargo son minoría entre los maquinistas.

Confusión y manipulación

La acción de ayer es interpretada desde CC OO como un intento de SEMAF de "atraer nuevos afiliados a costa de la confusión y la manipulación de los trabajadores", según afirmó Antonio del Campo, responsable de organización del sector ferroviario de ese sindicato. "El SEMAF quiere negociar un convenio franja [independiente del convenio general para el conjunto de los empleados], unas mejoras laborales que sólo beneficien a los maquinistas. Es el mismo estilo que el del SEPLA [sindicato de pilotos] en Iberia. Nosotros no podemos tolerar eso", afirmó del Campo.

A última hora de la mañana de ayer, representantes de Renfe se reunieron con el comité de huelga para ofrecerle un acuerdo: el cumplimiento íntegro de los servicios mínimos a cambio de la reincorporación (a la espera de lo que resuelva la tramitación del expediente) del trabajador suspendido el miércoles. El sindicato rechazó la oferta, alegando que la acción de los piquetes había sido una "respuesta espontánea, no organizada, de los trabajadores ante los abusos cometidos por la empresa", pero que SEMAF seguiría adelante con su huelga hasta que la compañía aceptase sus reivindicaciones. Así sucedió. Tanto SEMAF como Renfe dicen desconocer lo que ocurrirá hoy.