La UE debate en Lisboa su reforma económica para competir con EEUU
Bajo la sombra del conflicto con Austria, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea abrirán hoy un debate en Lisboa para definir los objetivos estratégicos de una reforma económica y social que permitan a Europa competir con Estados Unidos en el mercado mundial. La propuesta del presidente del Gobierno español, José María Aznar, y del primer ministro británico, Tony Blair, de establecer calendarios y fechas límite claros para completar las reformas económicas y sociales durante la próxima década parece concitar el consenso necesario para ser aprobada.
La presidencia portuguesa propone además que el Consejo haga un seguimiento regular del cumplimiento del plan de reformas y se convierta en el pulmón político que impulse una reforma de claro contenido liberal. Según fuentes diplomáticas, el Consejo decidirá un control anual en el primer semestre de cada año del cumplimiento de estos objetivos estratégicos que la Comisión deberá ir incorporando al acervo europeo.El primer ministro portugués, Antonio Guterres, almorzó ayer con el presidente de la Comisión, Romano Prodi, y el secretario general del Consejo para la política exterior, Javier Solana, para analizar el desarrollo de la cumbre que concluirá el próximo viernes. La situación en los Balcanes, cuando se cumple un año de la intervención militar aliada en Kosovo, también estará en la agenda exterior de la cumbre de Lisboa.
El primer paso de esta larga marcha de la UE hacia un mercado interior liberalizado se centra en impulsar a corto plazo el comercio electrónico, para lo que es indispensable modificar el actual mercado de las telecomunicaciones reduciendo los costos de acceso a Internet. La liberalización de los mercados que funcionan en grandes redes -telecomunicaciones, transporte, energía- y la reducción de las ayudas estatales son objetivos estratégicos a medio plazo. El objetivo final no es otro que conseguir un crecimiento económico estable que permita reducir el desempleo -el objetivo ideal es el pleno empleo- y sostener un modelo de bienestar social cuya reforma debe ir en paralelo a la extensión del mercado interior. El consenso en el aspecto social es claro: reformar la asistencia para hacerla sostenible y garantizar recursos suficientes para evitar la exclusión social.
Aunque la aplicación concreta de este ambicioso plan de reformas deberá superar los intereses contrapuestos -no todos los Estados están dispuestos a avanzar al mismo ritmo-, la presidencia portuguesa ha constatado que existe un consenso general en proceder a una reforma urgente que permita a Europa no perder el tren de la revolución tecnológica que es el motor de la "nueva economía". En los Quince existe el consenso necesario para enviar desde Lisboa un mensaje claro a la opinión pública internacional, y a los mercados financieros, de que Europa en general y el euro en particular están dispuestos a competir en todos los terrenos.
El consenso trabajado laboriosamente por la presidencia puede verse ensombrecido por el conflicto con Austria, cuyo primer ministro, Wolfgang Schüssel, acude a Lisboa con la intención de que el resto de sus socios europeos revisen las sanciones impuestas por la entrada en el Gobierno de Viena del partido de extrema derecha (FPÖ) de Jörg Haider.
El debate sobre el caso austriaco -los 14 han decidido suspender los contactos políticos bilaterales mientras la formación de Haider siga en el Gobierno- se producirá esta tarde durante la cena de los primeros ministros que estarán acompañados por sus ministros de Exteriores. Antes se producirá un pulso de innegable impacto mediático. La foto de familia -un acto tradicional en todas las cumbres- ha sido sustituida por una "foto de grupo" con el presidente de México, Ernesto Zedillo, que asistirá a la firma solemne del acuerdo comercial UE-México. La sustitución de la foto de familia por la foto de grupo ha sido la fórmula diseñada por la presidencia portuguesa para evitar un conflicto anunciado. El presidente de Francia, Jacques Chirac, y el primer ministro de Bélgica, Guy Verhofstadt, habían hecho saber que no estaban dispuestos a fotografiarse con el primer ministro austriaco. Ayer Guterres, apreguntas sobre la diferencia entre una foto de familia y una de grupo, respondió que es la "diferencia que hay entre un grupo y una familia". No obstante, Guterres garantizó que Austria, como socio de pleno derecho de la UE, "será tratado con toda dignidad".
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