Un lugar en las rutas de peregrinos

Juan Pablo II introdujo ayer a Jordania en el paquete espiritual, pero, sobre todo, turístico de Tierra Santa. Algo que representa un importante espaldarazo publicitario para un país que necesita desesperadamente ayuda. El Papa dijo claramente en su discurso, nada más llegar a Ammán, las palabras mágicas. "Hoy estoy en Jordania, una tierra que me es familiar por las Sagradas Escrituras: una tierra santificada por la presencia del propio Jesús, por la presencia de Moisés, Elías, Juan el Bautista y los santos y mártires de la iglesia primitiva". Palabras que equivalen a una inclusión de Jordania en la ruta de los peregrinos que visitan los lugares santos de Jerusalén. La propia reina Rania expresaba ayer en un artículo publicado en la prensa italiana, su esperanza de que el país fuera "descubierto" por muchos otros peregrinos después de la visita de este peregrino de excepción que es el Papa, el líder espiritual que mejor se lleva con las cámaras de fotos y de televisión. La reina Rania recibió al Pontífice envuelta en un elegante abrigo de entretiempo verde manzana, como corresponde a una soberana que quiere hacerse un hueco en las revistas del corazón. El único detalle inadecuado fueron, sin embargo, los zapatos de tacón altísimo que calzaba, que no habrán pasado inadvertidos para la comitiva vaticana.