Emakunde traza un detallado retrato de la situación de la mujer que pone de relieve las desigualdades
La directora de Emakunde (el Instituto Vasco de la Mujer), Txaro Arteaga, es una activa defensora de las políticas de acción positiva para acelerar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres. Su convicción se basa en datos como los que componen la detalladísima radiografía que presentó ayer, en la que se compara en la situación de las vascas y los vascos en los más diversos ámbitos de la vida. Las cifras indican de manera inequívoca que las desigualdades entre géneros, a veces enormes, persisten. Para Arteaga el informe muestra la necesidad de "medidas correctoras", porque los datos confirman "la dificultad y la lentitud del cambio social" que propiciará la igualdad real.
Lo novedoso de Cifras sobre la situación de las mujeres y de los hombres en Euskadi no son las estadísticas en sí, sino el haberlas reunido en un solo volumen. Emakunde realiza esta tarea una vez por legislatura y como colofón a su plan de acción positiva, cuyos resultados presentará el miércoles en el Parlamento. En términos generales, aunque las desigualdades van disminuyendo, lo cierto es que las mujeres salen peor paradas en casi todos los apartados.La alta feminización de la probreza fue uno de los argumentos centrales del último 8 de marzo. Emakunde sostiene que las mujeres pobres padecen una doble marginación. El 6% de las familias monoparentales que reciben el Ingreso Mínimo de Inserción (el llamado salario social) está encabezado por mujeres, frente a un 1% encabezadas por hombres. Aunque el alcoholismo masculino es superior al femenino, lo cierto es que el consumo de alcohol entre ellas aumenta más rápido que entre ellos. Algo muy similar ocurre con el tabaco.
Educación
La Universidad es uno de los ámbitos en los que las chicas han entrado con fuerza, pero aunque son el 54% de los universitarios, su presencia cae al 20% en las carreras técnicas. También son mayoría (dos de cada tres) en las aulas de educación de adultos. En la educación en general es más frecuente que los chicos repitan curso.
También ha aumentado de manera progresiva su participación política, pero más rápido en los cargos de elección en las urnas que en los internos de los partidos. Cerca de un tercio de las concejalías de Euskadi está ocupado por mujeres, algo que es más habitual en los muncipios grandes que en los pequeños. Las parlamentarias son el 30%, pero las alcaldesas representan menos del 12%.
Es más habitual que una mujer firme un contrato temporal que un hombre y lo mismo ocurre cuando el contrato es a tiempo parcial. Y aunque son más entre la población activa, también lo son entre los desempleados, pero no entre quienes cobran un subsidio. Además ocho de cada diez mujeres que trabajan fuera de casa por un sueldo lo hacen en el sector servicios, uno de los más precarios.
Las cifras también muestran de manera clara que las mujeres, con empleo remunerado o no, cargan con las tareas del hogar. El 37% de ellas explica que lo hace inconscientemente y un 27% reconoce que así le ha acostumbrado a su compañero.
En seis de cada diez familias en las que una mujer es referencia, ella es viuda.
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