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El Ejército británico retira 500 soldados de Irlanda del Norte

En un gesto que responde principalmente al vehemente llamamiento del primer ministro de la República Irlandesa, Bertie Ahern, el Gobierno de Londres anunció ayer una minúscula pero ostensiblemente simbólica reducción de su presencia militar en el Ulster. Quinientos soldados británicos abandonarán la turbulenta provincia como parte del tedioso toma y daca que intenta resucitar el proceso de paz en el Ulster, y al que Ahern ha recetado una disminución de los aproximadamente 14.000 soldados británicos apostados en los seis condados del Norte para proteger a los protestantes unionistas. La intención es obvia: aplacar la ira del IRA, y se produce la víspera de la fiesta de San Patricio, en la que los líderes irlandeses están convocados a la Casa Blanca.Quinientos reclutas volverán a sus bases en el Reino Unido como parte de una nueva política destinada a eliminar las fricciones sectarias, especialmente a lo largo de la pequeña frontera que divide con odio y sangre a la isla de Irlanda. Y, al mismo tiempo, mostrar la tendencia a reducir la presencia de soldados británicos para darle un barniz de autonomía a la provincia.

El grueso de las tropas que están empacando pertenecen al Batallón del Regimiento del Príncipe de Gales, cuya misión consiste en patrullar las calles de Belfast donde el IRA es fuerte. El nombre de la maniobra bien podría ser definida como una figura de distensión. No se sabía anoche si la retirada iba a convencer a los militantes republicanos a abandonar la tenaz hostilidad a la continua presencia militar británica en el Ulster. Ronnie Flanagan, el jefe del Royal Ulster Constabulary (RUC), la fuerza policial predominantemente protestante e indiscutiblemente leal a la corona británica, no protestó por la inminente reducción que proclama, según algunos, la gradual retirada británica del Ulster. Flanagan dijo que la decisión había sido adoptaba teniendo en cuenta "el estado de la actual situación política", un eufemismo para la tranquilidad que misteriosamente impera en el Ulster. Ayer, la policía requisó una carga de explosivos en Belfast.

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