La exposición 'Los Dubuffet de Dubuffet' resume en 65 obras lo que el artista francés consideraba esencial

El Museo de Bellas Artes de Bilbao inauguró ayer la exposición Los Dubuffet de Dubuffet, que resume en 65 obras lo que el propio autor consideraba esencial en su producción artística, las piezas íntimas que había guardado para sí mismo a lo largo de 20 años. La directora del proyecto, Carmen Giménez, señaló ayer que la importancia de Jean Dubuffet en el arte europeo de la segunda mitad del siglo XX es similar a la alcanzada por Jackson Pollock, el impulsor del expresionismo abstracto, en los Estados Unidos. "La exposición no es inocente, sino que tiene un mensaje: Dubuffet es un artista anticlásico, que quería que la anticultura libere al hombre", recordó Carmen Giménez. "Es un artista muy vivo, todavía revolucionario".

La muestra, patrocinada por el BBVA, estará abierta al público en Bilbao hasta el 23 de abril. Los Dubuffet de Dubuffet tuvo a lo largo de las seis semanas que permaneció expuesta en Madrid 22.000 espectadores.

Las obras expuestas en Bilbao han sido seleccionadas de la donación de 150 trabajos, entre pinturas, dibujos y esculturas que el autor hizo de sus obras al Museo de Artes Decorativas de París en los años 60. Los fondos de Dubuffet propiedad de ese museo parisino constituyen la colección pública más importante de las creaciones del artista entre 1943 y 1966. La obra posterior, creada hasta su muerte en 1985, forma parte de la fundación Jean Dubuffet, creada en Francia en 1974.

La directora del proyecto subrayó que el origen de los trabajos confiere a la exposición una sensibilidad propia. "Es una exposición para artistas porque eran las que él mismo guardaba para sí".

El recorrido por la obra de Dubuffet comienza con la serie Seis mensajes, seis piezas pintadas sobre papel de periódico en 1944. A partir de esa fecha, se pueden ver retratos y los particulares paisajes que el pintor realizó en sus viajes a Argelia. En las obras de los años 60 Dubuffet refleja su vuelta a la vida en la ciudad y a las relaciones sociales. La directora de la exposición destacó en el trabajo del artista francés "un juego de ir y venir entre la abstracción y el uso de las figuras", que no llegaron a desaparecer incluso en los trabajos de factura más abstracta.