La ONU abre una oficina en Afganistán contra las violaciones de derechos
Las violaciones de los derechos humanos han sido, junto al apoyo al terrorismo, uno de los principales obstáculos para el reconocimiento internacional del Gobierno de los talibán en Afganistán. Ahora, por primera vez, la ONU ha conseguido el visto bueno de las autoridades de Kabul para abrir una Oficina de Asuntos Civiles que trabajará en la prevención de esas violaciones de derechos.Así se lo anunció a EL PAÍS el nuevo jefe de la Misión para Afganistán (UNSMA), el español Francesc Vendrell, durante una entrevista en Teherán. "Se trata de un experimento", reconoció Vendrell, que se encontraba de gira por la región para conocer las posiciones de todas las partes implicadas en el conflicto afgano. La oficina, que depende de la UNSMA, tendrá por objetivo "prevenir los abusos de derechos humanos", pero carecerá del carácter inquisitorio de las operaciones que se llevaron a cabo en El Salvador, Guatemala o Haití.
El equipo pretende "entrar en contacto con la sociedad civil, en la medida que exista, y crear una relación de confianza para poder aconsejar a las autoridades locales en evitar violaciones de derechos humanos que ellos mismos reconocen que no deben ser violados", explica Vendrell. La oficina va a contar con 12 personas, de las que cinco ya están sobre el terreno y dos son mujeres.
"Existe una especie de acuerdo tácito a ese respecto", admite Vendrell cuando se le pregunta si los talibán no han puesto objeciones a estas funcionarias. Anteriormente se habían negado a aceptar a mujeres en los equipos humanitarios.
El representante de la ONU pide tiempo antes de poder hablar de las perspectivas de su misión. "De momento, quiero escuchar a las partes e intentar entenderlas", asegura antes de reconocer que le gustaría "entablar un proceso de diálogo entre los implicados". Vendrell, un hombre experimentado en misiones difíciles (Alto Karabaj, Timor Oriental), ha quedado "horrorizado" por la destrucción que ha visto en la capital afgana. "Estoy convencido de que los ciudadanos de Kabul no tienen la menor esperanza de que se vaya a reconstruir, y da la sensación de que allí no existen medios de subsistencia", relata aún conmocionado. "Hay que tratar de echar una mano al pueblo afgano, porque la situación es pavorosa", concluye, tras recordar que se trata del país de Asia con el ingreso per cápita más bajo y una mortalidad infantil del 20%.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.