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Entrevista:ANDY McENTEE - PTE. DE AMNISTÍA INTERNACIONAL REINO UNIDO

"El caso sigue abierto, sólo se ha desplazado de Londres a Santiago"

Andy McEntee, de 42 años, presidente de Amnistía Internacional Reino Unido, apoyó desde Londres el procedimiento instruido en España por el juez Baltasar Garzón.Pregunta. ¿Qué sintió al ver despegar el avión con Pinochet a bordo?

Respuesta. No fue una sorpresa. Soy una persona pragmática. Lo importante es que el caso sigue abierto, aunque ahora el eje se ha desplazado de Londres a Santiago. Vamos a apoyar a los familiares de los desaparecidos, asesinados y torturados, que en su país ya asumen el protagonismo.

P. Straw dice que no sintió gran cosa, sólo que el proceso estaba terminado.

R. Ésa es la diferencia. El ministro cree que este caso se ha terminado. Y nosotros decimos que sólo ha cambiado el eje. El ministro ha decidido darle el beneficio de la duda a Pinochet y no a los familiares.

P. El ministro admite que el riesgo de que Pinochet se recupere existe.

R. Es evidente. El riesgo lo ha asumido Straw y ahora tiene que cuidar sus espaldas. Pinochet, no. Hará lo que desee, no tiene nada que perder. Ni siquiera fue él quien solicitó un examen médico.

P. ¿Qué pensó al ver que Pinochet saludaba de pie y con bastón la parada militar a su llegada a Santiago?

R. Me gustaría referirme más al medio y largo plazo. Pero he de decirle que cuando estuvimos en el tribunal de Belmarsh, el 11 de diciembre de 1998, vi a Pinochet, que estaba detrás mío, en silla de ruedas. Me dije: 'No es la persona acostumbrada a andar en este tipo de silla. Parece un hombre sentado en una parada de autobús'. Pensé eso porque he trabajado con minusválidos en Escocia. Luego, el viernes, al verle abandonar la silla de ruedas y apoyarse en el bastón en Santiago fue evidente. Sólo que había una diferencia con Belmarsh. Allí Pinochet apretaba los dientes. Y en Santiago sonreía...

P. El jueves, ¿pensó en recurrir la decisión?

R. Nuestro equipo jurídico se reunió a las ocho, la hora en que se anunciaría la decisión. Había que valorar dos cosas: una, posibilidad real de ganar; dos, si había margen para obtener una medida cautelar dirigida a frenar la decisión . España era el país que debía actuar. Si Garzón se abría camino, era una cosa; de lo contrario, todo sería más difícil. Vimos que España no lo haría. Y estuvimos en contacto con Bélgica. Supimos que tampoco recurrirían. Era muy difícil ganar. Straw, consciente de que podría haber algún recurso, utilizó su discreción más amplia , la que le permite denegar, si así le parece, una extradición, sin importar las razones para ello.

P. El director de la Fiscalía Pública renunció, como se esperaba, a ejercer acciones en Londres contra Pinochet, por el informe médico y por considerar que el material para acusarle era insuficiente.

R. He visto que la derecha española intenta desacreditar al juez Garzón con este argumento. Me temo que, simplemente, no entienden el procedimiento en este país. Nosotros hemos aportado material desde 1994 y se ha estimado insuficiente. La policía, que es quien debe investigar si la Fiscalía Pública da la luz verde, ni siquiera interrogó a los testigos que residen en Londres. Fueron los jueces lores, que estudiaron el material enviado por Garzón con lupa, caso por caso, en marzo de 1999, quienes resolvieron que las acusaciones de tortura y conspiración para torturar eran muy graves. Más tarde se añadieron nuevos casos. También el magistrado Ronald Bartle lo consideró así al apoyar la extradición.

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