Oviedo celebra el centenario del pintor Luis Fernández con una muestra de 90 obras La exposición recuerda las etapas del artista de la Escuela de París

El centenario del nacimiento del pintor vanguardista Luis Fernández (Oviedo, 1900-París, 1973) no pasará desapercibido. En los bajos del ovetense teatro Campoamor se ha abierto la que pretende ser la más importante antológica, con 90 obras, de este artista de culto, escasamente popular pero muy estimado entre las élites culturales y el coleccionismo, considerado uno de los grandes artistas europeos de la abstracción y el poscubismo.

La exposición, en la que participan el Ayuntamiento de Oviedo, el Principado de Asturias, la Fundación Telefónica y Caja de Asturias, acaba de inaugurarse en el Centro de Arte Moderno Ciudad de Oviedo (CAMCO) y sólo es comparable, según sus responsables, a la que se organizó en el Centro de Arte Contemporáneo de París en 1972, un año antes de la desaparición del artista. La muestra permanecerá en Oviedo hasta el 16 de abril. Luego se exhibirá en la sede madrileña de la Fundación Telefónica, propietaria de la más importante colección privada española de obras de Fernández. Hacía 16 años que no se organizaba en España una muestra del autor. La última se exhibió en 1984 por iniciativa del Banco Exterior.

Luis Fernández, afincado desde 1924 en París y uno de los grandes exponentes de la llamada Escuela de París, cultivó distintas tendencias y estilos, y a lo largo de su ejecutoria se aprecian etapas muy diferenciada de abstracción geométrica de los años treinta, influencia picassiana en torno a 1940, surrealismo y finalmente el postcubismo en sus últimos años de vida, pero siempre con una muy personal inspiración. De todas ellas queda constancia en esta antológica, integrada por una selección de 90 obras procedentes de museos y colecciones particulares de Estados Unidos, Francia y España.

Con Picasso

El artista ovetense trabó amistad en la capital francesa con los artistas entonces en boga (Braque, Matisse, Liptchitz, Henri Laurens, Le Corbusier y Picasso, con quien colaboró y del que recibió una influencia notoria) y escritores de moda como André Breton, Paul Eluard, Jean Cassou, René Char y otros, algunos de los cuales le dedicaron estudios y poemas, publicados en revistas de arte y de literatura. Ese mundo de relaciones convirtió a Fernández en un autor de gran prestigio en círculos muy restringios, minorías intelectuales y grandes coleccionistas, pero el conocimiento popular de su obra nunca estuvo a la altura de su relevancia, en buena medida porque el artista se prodigó poco. Tal y como señala Roberto Velázquez, director de la Fundación Telefónica, Fernández, "por su carácter hermético e introvertido, expuso sólo en cinco ocasiones, y su primera muestra individual la organizó con 50 años de edad".

La muestra que ahora se exhibe en el CAMCO ovetense pretende, según su comisario, Luis Feás, "reivindicar su figura en el centenario de su nacimiento y favorecer su reconocimiento por el gran público. Se trata de uno de los artistas españoles más conmovedores y honestos de los últimos tiempos. Fue un hombre que nunca tuvo suerte con las exposiciones ni en su vida personal".