Alerta sobre el envejecimiento demográfico
El mayor desafío demográfico de las próximas décadas será el envejecimiento de la población, que se agravará primero en el mundo desarrollado y después, cada vez más, en los países en vías de desarrollo, según declaró ayer Alexandre Kalache, jefe del programa sobre Envejecimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS)."Actualmente, hay 68 países en el mundo que muestran una fertilidad inferior a la tasa de sustitución [la necesaria para que la población se mantenga estable], pero en 2015 habrá ya 121 países en esa situación", dijo Kalache.
España, Italia, Hong Kong y Portugal muestran ahora las reducciones de población más rápidas del mundo. Los demógrafos calculan que Europa perderá entre el 13% y el 24% de su población en los próximos 50 años. El envejecimiento medio es una consecuencia de esta tendencia y del progresivo aumento de la esperanza de vida.
En España, y según las encuesta del Instituto de Migraciones y Servicios Sociales (Imserso), hay ya cerca de un millón de ciudadanos "dependientes", es decir, personas (generalmente mayores de 65 años) que necesitan cuidados continuos para su subsistencia.
Según Gregorio Rodríguez Cabrero, catedrático de la Universidad de Alcalá y coordinador del estudio La protección social de la dependencia, España gasta un 0,4% de su Producto Interior Bruto (PIB) en la atención de esa población dependiente.
El informe destaca que el gran peso de la atención a los ancianos que precisan de ayuda para sus más elementales tareas recae en las familias. El 78,7% de los afectados es atendido por alguno de los miembros de su familia, porcentaje que se incrementa hasta el 82,2% en los casos de inmovilidad grave.
El resto de los cuidados los reciben de la empleada del hogar (4,4%), los servicios sociales prestados por alguna de las administraciones públicas (3%) y de algún vecino o amigo (2,2%). Los responsables del estudio calculan que en el desarrollo de las políticas de cuidados de estos ancianos trabajan en todo el Estado 2.269.720 profesionales, de los que el 74% son mujeres de entre 45 y 64 años.
Para implantar un sistema de protección de la dependencia sería preciso expandir la red de servicios sociales, coordinar los servicios sociosanitarios, homologar centros y servicios y recabar la participación de las organizaciones sociales representativas de los colectivos afectados.
