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La CDU tendrá que pagar 3.500 millones por el escándalo de sus finanzas

Pilar Bonet

El presidente del Bundestag (Cámara baja), Wolfgang Thierse, presentó ayer a la Unión Cristiana Democrática (CDU) de Alemania una primera factura por sus irregularidades contables: el partido de Helmut Kohl tendrá que pagar unos 41,3 millones de marcos (unos 3.500 millones de pesetas) por ocultar en 1998 los 18 millones de marcos que los democristianos del Estado de Hesse mantenían en el extranjero. La crisis interna del partido se precipitó ayer por la tarde con un ataque protagonizado por secciones regionales de la CDU contra el presidente del partido y jefe del grupo parlamentario, Wolfgang Schäuble.

El grupo parlamentario formado por la CDU y la CSU de Baviera reeligirá su directiva el martes de la semana próxima. En nombre de un "nuevo comienzo" no lastrado por el pasado, todo apunta hacia un relevo de Schäuble, que ha perdido la capacidad de liderazgo dentro de la CDU. El proceso de descomposición política de la CDU se aceleró anoche en una reunión de urgencia del grupo parlamentario, que duró tres horas y media y tras la que no hubo comentario alguno. Schäuble, de 57 años, dirige el grupo desde 1991. El detonante de la crisis de ayer ha sido el conflicto abierto entre él y la ex tesorera y diputada Brigitte Baumeister. Ambos políticos han hecho declaraciones juradas contradictorias sobre el donativo de 100.000 marcos que recibieron de manos de un comerciante de armas en 1994.

La rebelión contra el mandato de Schäuble comenzó el lunes en una reunión interna del grupo de diputados de Baden-Würtemberg. A la ofensiva se han sumado los diputados de Renania del Norte-Westfalia y los de Schleswig-Holstein, donde habrá elecciones próximamente. Schäuble confirmaba hace pocos días su intención de volver a presentarse a la reelección como presidente del partido en el Congreso que se celebrará en abril. Ayer, se barajaban nombres para sustituirlo al frente del grupo parlamentario, entre ellos el de Friedrich Merz, un brillante experto financiero de 45 años. Si Schäuble deja el grupo parlamentario, sus días como presidente del partido estarán probablemente contados.

La crisis política es comparable al terremoto económico que puede afectar al partido tras afrontar la multa parlamentaria. El tesorero de la CDU, Matthias Wissmann, anunció ayer que el partido recurrirá legalmente ante los tribunales contra el veredicto del presidente del Bundestag, por considerarlo desproporcionado y perjudicial para su capacidad competitiva. La suma dada a conocer ayer en Berlin es la mayor multa a un partido que se ha impuesto en la historia de la República Federal Alemana y contempla sólo la dimensión regional de la crisis.

El presidente del Bundestag no ha dado aún respuesta a las cuentas clandestinas mantenidas por la organización federal de la CDU, ni a escándalos financieros ocurridos en ejercicios anteriores. Thierse recordó que la ley fija un plazo de diez años para investigar. La ley de partidos, en vigor desde 1994, protege a estas organizaciones y su capacidad de actuar, lo que en la práctica pone límites a las posibles sanciones. Una vez que sea definitiva jurídicamente, la multa a la CDU beneficiará a otros partidos.

De acuerdo con las conclusiones anunciadas ayer por Thierse, la CDU tiene que pagar más de 35,8 millones marcos alemanes antes del 20 de marzo próximo o presentar motivos para un aplazamiento. Esta cantidad es la diferencia entre los 41,3 millones de multa por no haber cumplido "ninguno de los reglamentos de la ley de partidos" en su informe contable de 1998 y los 5,4 millones de marcos que, en base al informe de 1999, el Estado hubiera tenido que pagar al partido durante el primer trimestre de este año y que retiene ahora a cuenta de la deuda.

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"El 15 de febrero es un día negro para la CDU", manifestó la secretaria general de este partido, Angela Merkel, que apareció ante la prensa en compañía del tesorero Matthias Wissmann y un par de juristas. El jefe del grupo parlamentario socialista, Peter Struck, echó ayer un capote a Thierse y calificó de "hipócritas" las quejas de la CDU, ya que el partido, según dijo, tiene un patrimonio de cerca de 120 millones de marcos. "La CDU no está en bancarrota financiera, sino en bancarrota moral", señaló.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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