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Trimble mantiene el liderazgo protestante tras la suspensión del Gobierno autónomo

El primer ministro cesante exige al IRA un compromiso explícito de desarme

Berna González Harbour

El primer ministro del Ejecutivo cesante del Ulster, David Trimble, logró ayer salvar su puesto al frente del principal partido unionista, el UUP. El previsto ataque que le preparaban los más radicales de su partido se derritió igual que la tenue nieve que ayer caía sobre Belfast: la suspensión decidida el viernes por Londres del Gobierno autónomo de Irlanda del Norte y los últimos avances hacia el desarme por parte del IRA difuminaron ayer en la capital norirlandesa la anunciada dimisión de Trimble como líder del UUP y del Ejecutivo de Belfast.

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"Eso es ya un documento para la historia", declaró ayer David Trimble, radiante, en referencia a su carta de dimisión, firmada en noviembre pero con fecha de ayer, si el IRA no iniciaba su desarme.La suspensión del autogobierno por parte de Londres, que ha causado la furia de los republicanos, implicados hasta última hora en negociaciones secretas para conseguir un compromiso del IRA, despejó el camino del líder unionista Trimble en la difícil cita que ayer le iba a enfrentar con el Consejo de su propio partido.

Ayer, antes de las diez de la mañana, los 860 delegados del UUP fueron llegando al Waterfront Hall de Belfast bajo un cielo encapotado y la nieve. El desafío era grande para el líder del UUP, que se ha enfrentado ya varias veces a los más radicales de su partido, opuestos al Acuerdo de Viernes Santo, que en 1998 inició el camino hacia la paz.

En el anterior Consejo, el pasado 27 de noviembre, Trimble sólo consiguió el 58% de los votos a favor de formar el Ejecutivo autónomo compartido con los temidos miembros del Sinn Fein, el brazo político del IRA. Para arrancarles aquel compromiso, Trimble prometió entonces su dimisión si para el 12 de febrero, es decir, ayer, no se había iniciado el desarme de los paramilitares.

Ese desarme no se ha producido. Pero la situación ha dado un vuelco con la suspensión de ese Ejecutivo por parte de Londres. Ayer, en el Consejo, numerosas voces se alzaron en contra de Trimble y sus ministros unionistas, que hasta el viernes se sentaban con los "terroristas" del Sinn Fein, según fuentes del Consejo. Pero ese grito había quedado anulado porque, sencillamente, ese Ejecutivo ya no está en funciones. En lo que respecta al desarme, los unionistas consideran insuficiente el "avance" anunciado por Gerry Adams y la comisión de desarme.

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"Ayer me reuní con Martin McGuinness y hablé por teléfono con Gerry Adams . Pero ninguno me dijo qué propuestas concretas tienen para iniciar el desarme", declaró ayer Trimble, tranquilo, al término del Consejo unionista. "Su lenguaje ambiguo no está claro para mí". Se refería así a los informes de última hora del viernes, emitidos tanto por el Sinn Fein como por el presidente de la comisión de desarme, John de Chastelain, sobre un "avance" hacia la entrega de armas. Según De Chastelain, el IRA ha fijado ya "el contexto" en que se producirá esa entrega de armas.

Para los unionistas, no era suficiente. "Necesitamos saber cuándo, cómo y dónde van a entregar las armas. Y no creo que hayan dicho esto. El desarme no es una petición del UUP; lo pide también la jerarquía de la Iglesia católica, lo piden los socialdemócratas , lo pide el presidente de Estados Unidos y muchos otros. No se puede desarrollar un proceso de paz con ejércitos armados", aseguró Trimble.

Examen continuo

Trimble triunfó, pues, pero los radicales lograron imponer a cambio una resolución por la que establecen un grupo de trabajo para "examinar el camino político a seguir en el contexto de una revisión" del proceso de paz. Los delegados aprobaron las alegaciones decididas el pasado lunes por la Ejecutiva del UUP contra el informe de la comisión Patten sobre la reforma de la policía.

Chris Patten, que encabezó hasta su reciente marcha a Bruselas esta comisión, ha propuesto el cambio de nombre del Royal Ulster Constabulary (RUC, policía del Ulster) y que dejen de llevar la insignia de la corona británica, además de una paridad de católicos y protestantes en sus filas. Para los unionistas, ese cambio de uniforme y de nombre es inaceptable, y así lo dejaron claro ayer.

El Consejo, finalmente, aprobó que, en caso de una propuesta por parte de Londres de revocar la suspensión del autogobierno, antes de que el UUP participe en él, Trimble "someterá un nuevo informe al Consejo". Un pequeño logro de los radicales.

Su escasa fuerza tras los últimos acontecimientos quedaba plasmada en la calle, en el exterior del Waterfront Hall, donde apenas un puñado de señoras agitaba banderas británicas mientras Trimble abandonaba el edificio. "No a un Gobierno con los asesinos", clamaban las radicales, opuestas al Acuerdo de Viernes Santo. En el interior del Consejo unionista, su peso había quedado neutralizado.

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Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

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