Puerto Sherry, con el rumbo a la deriva
Conocida como la perla de la bahía, Puerto Sherry, en El Puerto de Santa María (Cádiz), uno de los más ambiciosos proyectos urbanísticos construidos con miras a la actividad náutica y al turismo en Andalucía, atraviesa una profunda crisis económica que hace peligrar su continuidad. En el aire están los 65 puestos de trabajo directos del complejo y las costosas instalaciones edificadas al calor de esta iniciativa nacida en los años setenta. La compleja trama económica que ha rodeado la gestión de Puerto Sherry ha desembocado en una situación de quiebra, embargos y en la reciente solicitud de disolución ante el juez de la sociedad encargada de su explotación, una vez comprobado que es incapaz de sostener el pasivo de 15.000 millones de pesetas que acumula hoy la instalación.Todas las partes implicadas coinciden en la necesidad de buscar una salida. El comité de empresa advierte de que el cierre tendrá repercusiones no sólo en la plantilla del centro, sino también en los 200 trabajadores que indirectamente tienen vinculación con el complejo. Además, el cierre supondría un auténtico mazazo para las expectativas de crecimiento del turismo de calidad por el que desde hace años pelea, no sólo El Puerto, sino la Bahía de Cádiz, de la que Puerto Sherry es uno de sus mejores reclamos. Este emplazamiento se ha convertido en destino para los visitantes que buscan descanso junto al mar en instalaciones de calidad y en escala habitual para los aficionados a la vela, a pesar de los altos costes del amarre.
Aún hay un argumento más a favor del mantenimiento de esta instalación. Las asociaciones ecologistas advierten del deterioro que provocaría el abandono, en plena línea de costa, de los edificios y los atraques. Para una comarca que quiere basar su crecimiento económico en el respeto a su medio natural, la presencia de moles de estas características vendría a suponer la pérdida de una franja de litoral que hoy es valorada como una de las principales del término portuense.
El diseño original de Puerto Sherrry recogía la construcción de dos hoteles de diseño futurista, de los que sólo uno es operativo en la actualidad. El Yacht Club es un hotel de cuatro estrellas y 59 habitaciones. Junto a él espera desde hace años la estructura del segundo hotel, Racket Club, que nunca se llegó a concluir por falta de presupuesto.
En paralelo a estas instalaciones, el Pueblo Marinero, la urbanización de Puerto Sherry, aún se encuentra en periodo de desarrollo. A la primera y segunda fase de viviendas construidas en primera línea de playa, aún habrán de sumarse cuatro promociones más.
Inaugurado en 1986 por el entonces presidente de la Junta, José Rodríguez de la Borbolla, el complejo fue iniciativa de una empresa, Marina de El Puerto, que obtuvo en 1974 la concesión administrativa para la instalación de un puerto, una zona urbanística y la instalación de dos hoteles de lujo. La empresa pertenecía entonces el grupo árabe Aresbank, que vendió parte de sus activos al grupo inglés Brent Walker en 1989. Tras la quiebra de esta firma, la propiedad de Marina de El Puerto recayó en las empresas Inmopark y Real State.
Durante los años de cambio de accionariado, Marina de El Puerto comenzó a acumular pérdidas, provocadas por una deficiente gestión del complejo y la aplicación de deficientes sistemas de control interno. En 1994 Inmopark y Real State solicitaron la quiebra voluntaria con la intención de forzar la reducción de los pagos pendientes, petición que fue aceptada finalmente por un juez, tras varios intentos.
Con todo, el pasado 14 de enero la asamblea de accionistas determinó la disolución de la sociedad, que en la actualidad está pendiente de ser autorizada por la titular del Juzgado de Primera Instancia número 2 de El Puerto de Santa María.
Con este panorama, los trabajadores sólo ven una salida, que pasa, a su juicio, por una "decisión política": que las administraciones públicas creen un consorcio que se haga cargo de la gestión futura, dejando en manos especializadas las dos áreas de negocio con las que actualmente se cuenta, la náutica y la hostelera.
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