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La rotura de una balsa vierte una corriente de cianuro por Europa 2,5 millones de personas, sin agua potable

El desbordamiento de una balsa minera en la población rumana de Baia Mare, a 650 kilómetros de Bucarest, ha ocasionado el vertido de una corriente de cianuro que fluye por los afluentes del Danubio por Rumania, Hungría y Serbia. El volumen de vertido se estima en 368.500 litros con un contenido de cianuro 700 veces más alto de los valores permitidos, según las autoridades rumanas. La empresa australiana que explota la mina ha suspendido su cotización.

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El desbordamiento de la mina de decantación se atribuye a la irrupción de una fuerte avenida de agua procedente de un deshielo repentino. El primer aluvión se produjo el pasado 30 de enero. El vertido contaminante, equivalente a 12 grandes camiones-cisterna, fue a parar al río Lapus y desde éste al Somes hasta confluir en el Tisza que roza Ucrania, atraviesa Hungría y cruza Bosnia antes de desembocar en el Danubio.Desde el día 30 las autoridades rumanas han detectado otras dos avalanchas con un contenido algo menor de cianuro. Según el ministro de Medio Ambiente rumano, los niveles de este compuesto tóxico superan 700 veces los valores máximos autorizados para las aguas fluviales. El Gobierno rumano ha ordenado el cierre temporal de la planta.

En Serbia las primeras trazas de cianuro se detectaron el pasado miércoles, según un comunicado oficial que alertaba a todos los usuarios del Tisza para que eviten pescar y utilizar el agua en ninguna circunstancia.

El vertido tóxico, de características similares al de Aznalcóllar, ha afectado al suministro de agua potable de más de 2,5 millones de personas. En algunos tramos del Tisza el 80% de la fauna piscícola ha muerto. Muchos voluntarios proceden a retirar el pescado para evitar que se lo coman las aves y perezcan envenenadas.

Los ministros de Medio Ambiente de Rumania y Hungría se han reunido para evaluar las consecuencias de la catástrofe ecológica, investigar las causas y exigir responsabilidades, aunque no existe ningún acuerdo entre ambos países para compensar daños ecológicos.

La mina de Baia Mare está situada al noroeste de Bucarest en una población del mismo nombre donde viven 150.000 personas vinculadas históricamente a la minería. La explotación de la corta Baia Mare, sin embargo, es reciente. La empresa concesionaria Aurul SA está constituida en un 50% por la sociedad australiana Esmeralda Exploration (Rothschild y Dresdner) radicada en Perth, otro 45% pertenece al Estado rumano y el 5% restante es de inversores extranjeros. Obtuvo la licencia en febrero del año pasado para producir 1.417 toneladas de oro y 7.085 de plata al año.

El presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento húngaro, Zoltan Illes, ha acusado a la compañía australiana de practicar el colonialismo: "La naturaleza ha sido destruida. La salud de miles de personas se ve amenazada por aplicar tecnologías que no se permitirían ni en Australia ni en Europa Occidental". Para el portavoz de Asuntos Exteriores, Gabor Horvath, se trata de la mayor catástrofe ambiental del siglo. El presidente de Esmeralda, Brett Montgomery, aunque ha admitido la gravedad del accidente, duda de que los niveles de cianuro sean tan elevados como se ha dicho y asegura que la empresa aplica la misma tecnología que en Australia. La comisaria europea de Transportes y Energía, Loyola de Palacio, de visita estos días en Budapest, ha anunciado que solicitará una ayuda especial de la UE para contribuir a limpiar la contaminación.

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