250 galerías quedan fuera de los estrechos pasillos y plazas

El pintor Eduardo Arroyo comprobó ayer en el primer paseo por Arco 2000, mientras colgaban obras suyas en dos galerías, la separación ya definitiva entre los pabellones 5 y 7, dedicados a las piezas clásicas y figurativas y el lugar de las instalaciones y los experimentos, con el predominio de las imágenes, fotografías sobre papel y sobre tela, vídeo, Internet. Los galeristas, a medida que descargaban las obras, notaban más estrechos los pasillos y plazas. En esta edición hubo 500 solicitudes de galerías, de las que han sido admitidas 258, de ellas 101 españolas y 157 extranjeras, en total 28 países. Las estrecheces para el público -no hay más referencias a puntos de encuentro- se han unido al aumento del precio del metro cuadrado, que llega a las 20.500 pesetas.Las galerías ausentes no podrán enseñar a sus artistas a los 200 coleccionistas invitados, que suelen acudir en las primeras horas antes de la inauguración oficial de esta tarde. Junto con el centenar de invitados de altos cargos de museos e instituciones, forman el personal más vigilado por los galeristas.

La galería madrileña Eegee-3 presentó el martes ante la Consejería de Economía y Empleo de la Comunidad de Madrid una denuncia contra la dirección de Arco por su exclusión injustificada. Ayer no se habían registrado nuevas denuncias de galerías ausentes, que se amparan en la ley de 1997 de ordenación de actividades feriales de la Comunidad de Madrid.

Criterios

Otros galeristas excluidos han sido Miguel Fernández Brasso, 30 años como Rayuela y actual Juan Gris, director de la revista Guadalimar, y presente en los siete primeros Arco, y Leandro Navarro, con galería del mismo nombre, también en Madrid, que acudió a las primeras ocho ediciones de Arco. Los dos habían acudido animados por la directora de la feria, Rosina Gómez Baeza, pero el comité internacional, con unos 30 galeristas españoles y extranjeros y directores de museos de arte contemporáneo de España, no les dio la puntuación necesaria. El principal criterio es "la calidad artística, la profesionalidad y la proyección internacional".

Leandro Navarro está de acuerdo con una feria selectiva y de calidad, y por encima de todo defiende Arco, pero cree que se discrimina a las galerías españolas frente a un determinado coleccionismo, ya que parecidas obras y artistas se encuentran después en galerías extranjeras.

La feria se pone en marcha. Hay que ajustar la proyección de una obra de Antoni Abad en Oliva Arauna y meter un prototipo de Renault Avantime en un faro.