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'Don Carlo' vuelve al Liceo con un reparto de grandes voces

En 1994, el Liceo de Barcelona y el teatro Bellini de Catania coprodujeron un montaje de Don Carlo bajo la dirección escénica del director belga Gilbert Deflo. La majestuosa ópera de Giuseppe Verdi, ambientada en la España de Felipe II, cayó dramáticamente del cartel liceísta tras el incendió que destruyó el teatro. Seis años después, el montaje sube al escenario del nuevo Liceo en una revisión escénica firmada por Deflo, que, del 10 al 25 de febrero, reúne un extraordinario plantel de voces verdianas bajo la dirección musical del francés Jacques Delacote.En su primera apuesta verdiana, el Liceo ha reunido un soberbio equipo de cantantes de primera fila, que, precisamente, tienen en Verdi la columna vertebral de su repertorio. La soprano alicantina Ana María Sánchez y el barítono malagueño Carlos Álvarez, dos de las voces españolas de mayor proyección internacional, destacan en un magnífico elenco, completado por el tenor italiano Walter Fraccaro, la mezzosoprano estadounidense Dolora Zajick y los bajos georgiano Paata Burchuladze e italiano Roberto Scandiuzzi.

Vigilando a Austria

La sombra del líder ultraderechista austriaco Jörg Haider planeó ayer con fuerza en la presentación de Don Carlo, primer título de Verdi que sube al escenario del nuevo Liceo. Carlos Álvarez y Dolora Zajick, que han cosechado grandes triunfos tanto en el Festival de Salzburgo como en la Ópera de Viena, aseguraron que, aunque no es el momento de alimentar conflictos, no piensan cerrar los ojos ante la situación política. "El arte no puede ser neutral, debe comprometerse con la lucha por la libertad y la tolerancia. Al menor síntoma de comportamiento antidemocrático, muchos artistas dejaremos de actuar en Austria", dijo Álvarez.

Ninguno de los artistas que intervienen en la producción se mostró partidario de suspender sus comprosisos con los escenarios austriacos hasta ver los primeros pasos del nuevo Gobierno. "Sería una reacción injusta e histérica", asegura Jacques Delacote, que lleva 35 años vinculado a la Ópera de Viena. "Lo prudente es mantener una actitud vigilante, pero sin aplicar un doble rasero. Hay muchos gobiernos que violan los derechos humanos y nadie propone que los artistas dejen de actuar en sus escenarios".

Tras presentar el montaje en Catania, Bruselas, Amberes y Montpellier, Gilbert Deflo ha revisado la puesta en escena para su presentación liceísta. "El origen de esta producción es el primer Don Carlo que presenté hace 19 años en el Teatro de La Moneda de Bruselas, pero todo es diferente, porque las puestas en escena cambian con la aportación de los cantantes y el director de orquesta", explica Deflo.

Sobre la escenografía y el vestuario, firmados por Ezio Frigerio y Franca Scquarciapino, el director de escena comenta que recrean la atmósfera "con formas y colores que evocan la época con absoluta libertad, sin la pretensión de reconstruir escenarios históricos".

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