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Desastre aéreo en el mar

El accidente aéreo del vuelo 261 de Alaska Airlines es el último de una larga serie de accidentes de aviones caídos en el mar. (...) El vuelo 261 se precipitó al mar cerca de Los Ángeles poco después de que los pilotos avisaran de un problema con el estabilizador horizontal, un dispositivo de la cola del avión que ayuda a controlar el grado de inclinación del aparato. En mayo del año pasado, la Administración Federal de Aviación envió una circular para que fueran inspeccionados los estabilizadores de los MD-80, modelo de avión utilizado en el vuelo 261, por un posible problema de corrosión, aunque no se sabe si el problema tiene algo que ver con el accidente ocurrido.Los investigadores federales han comenzado entrevistando a los testigos, revisando los registros del radar y buscando la caja negra del avión, que permanece sumergida a 200 metros de profundidad. El avión accidentado tiene uno de los mejores expedientes de seguridad. Por su parte, Alaska Airlines también, con sólo otros dos accidentes con víctimas en su historia, a pesar de haber estado bajo una investigación federal por prácticas de mantenimiento inapropiadas en dos de sus aparatos.

El aumento de accidentes aéreos de gran repercusión no cambia el hecho de que la aviación comercial sigue siendo un medio de transporte seguro. Pero la preocupación de la gente es quizás inevitable porque para muchos sigue siendo un pequeño misterio la mecánica del vuelo. Y ese misterio no hace más que aumentar cuando algo provoca la caída de un aparato.

Nueva York, 4 de febrero

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