El Parlamento italiano revisará los escándalos de financiación de los partidos

La Cámara baja del Parlamento italiano aprobó ayer, todavía bajo el impacto emocional de la muerte, hace una semana, del ex primer ministro Bettino Craxi en el exilio tunecino, la constitución de una comisión destinada a investigar toda la verdad sobre Tangentópoli. El ex líder socialista, condenado a 10 años de prisión en su país, fue el símbolo del gran escándalo de cobro de comisiones ilegales que, una vez destapado, a comienzos de los noventa, por los jueces de Manos Limpias, acabó con el Partido Socialista Italiano (PSI) y la Democracia Cristiana, entonces las dos principales fuerzas en el poder.La comisión, reclamada desde hace años por la oposición y por los socialistas de Izquierda Democrática de Italia (SDI), había tropezado con la negativa del principal partido en el Gobierno, los Demócratas de Izquierda, exPCI. Sin embargo, el primer ministro, Massimo D'Alema, se comprometió en diciembre a poner en marcha la iniciativa a cambio del apoyo del SDI a su Gobierno, que desde diciembre tiene una mayoría muy justa.

En el Parlamento se produjo ayer un extraño ejemplo de unanimidad. Trescientos ochenta y siete diputados, de centro-izquierda, de centro-derecha y de la Liga Norte, votaron a favor de la comisión. Hubo 36 abstenciones y 26 votos en contra procedentes de los diputados comunistas. La misión del grupo es analizar el fenómeno de las relaciones ilegales entre el sistema político y el sistema económico-financiero, así como la financiación ilegal de los partidos en Italia a partir de 1974. Los jueces que destaparon el escándalo de Tangentópoli, en 1992, han criticado una decisión en la que ven un intento de proceso a la justicia.