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Entrevista:ELLIOT MURPHY - CANTANTE

"América no respeta el arte"

Es amigo de Bruce Springsteen, compañero de generación, espíritu y origen: la periferia de Nueva York. Dice que sólo envidia de The Boss su teleprompter porque se le olvidan las letras. No es raro, porque desde 1973 ha editado 20 discos y escrito incontables canciones. Canciones largas, y sin estribillos, de aspecto oscuro y lírico, que cuentan historias complicadas y que hablan de perdedores, poetas rotos, amores dudosos y algunos momentos de pasión. En alguna de ellas Elliot Murphy afirma que es un trovador con el corazón roto, cosa que su vitalidad polifacética desmiente. Afirma que tiene "el alma de un expatriado" y que se siente mucho más en casa cuando no está en casa. Vive en París desde hace diez años, y ahora está en España para presentar por el circuito íntimo Abril, un disco acústico que repasa sus éxitos en directo y que ha editado la pequeña compañía asturiana Dusty Roses. El martes tocó en Bilbao; hoy canta en Madrid (sala Suristán, a las 23.00); el viernes lo hará en Leioa; el sábado, en Andoáin, y el domingo, en Tarragona. Con ustedes, Elliot Murphy, cantante, poeta, ex actor (trabajó con Fellini como extra durante 15 días), novelista y bohemio de cuerpo entero.

Pregunta. ¿Por qué toca tanto en el País Vasco? ¿Algún motivo político?

Respuesta. No es que yo sea un cantante muy político, pero el caso es que he estado en Bilbao bastante más que James Bond. Me llevo bien con los vascos, tenemos una relación especial. Seguramente influye el hecho de que ellos son muy independientes, como yo.

P. Además, París está bastante cerca. ¿Es usted feliz allí? ¿No echa de menos América?

R. París tiene una larga tradición de acoger artistas americanos, jazzeros, novelistas, poetas... Sí, soy razonablemente feliz allí, estoy casado con una francesa, tengo un hijo bilingüe, y me da la sensación de que no echo de menos nada Nueva York. Viví allí 20 años y creo que tomé de ella todo lo que me podía ofrecer para mi música. Estados Unidos me parece demasiado homogéneo, la verdad es que me aburre bastante, aunque suelo ir una vez al año. Le gusta considerarse un país muy creativo, el líder del arte moderno, la música, el cine, la literatura, pero la verdad es que no respeta nada ese arte ni a quien lo hace. Hay una herencia puritana en América que niega el derecho a ser creativo, distinto.

P. ¿Y cómo fue lo de trabajar con Fellini?

R. Fue toda una experiencia, acababa de llegar a Europa, en 1971, fui a París, a Amsterdam a fumar hachís, y me quedé sin dinero. De repente me encontré en Roma y me presenté en Cinecittá. Fellini estaba haciendo pruebas para Roma y me cogió de extra durante 15 días. La pena fue que mi mejor escena, montado en una Harley Davidson, al final no salió en la película. Pero fue emocionante trabajar con él.

P. ¿No le volvió a ver?

R. Mucho tiempo después le escribí una carta y le mandé un compacto. Me devolvió una carta muy dulce, escrita en inglés, diciéndome que sentía mucho no acordarse de mi actuación en la película y que le gustaba mucho mi música. Murió seis meses después.

P. ¿Conoce a Almodóvar?

R. Sí, me gusta mucho. Como Fellini, es un director capaz de crear su propio mundo. Le he escrito ofreciéndole mi música para sus películas, pero no me ha contestado todavía.

P. ¿Qué está escribiendo ahora?

R. Dos o tres cosas, entre ellas, una historia de terror para una editorial alemana y una novela que transcurre en el Oeste americano hace 100 años. El protagonista es un poeta asesino.

P. Y a Springsteen, ¿lo ve a menudo?

R. Muy poco. Los dos somos músicos viajeros, así que es difícil. La última vez fue en Bercy, cuando él vino a tocar a París. Cantamos juntos Hungry heart en el escenario... Es un colega. Tenemos la misma edad, venimos de la misma área; yo, de Long Island, y él, de New Jersey...

P. Creo que Abril, su disco en directo, fue grabado sin que usted se enterara...

R. Bueno, se hizo casi sin querer, sin producción. Alguien nos pasó una cinta y vimos que sonaba bien.

P. ¿Y por qué se llama Abril?

R. Por un verso de T. S. Eliot, que dice: "April is the cruelest month" [Abril es el mes más cruel]. Yo creo que, más bien, april is the coolest month [es el mes más guay].

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