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ELECCIONES EN CHILE

Los familiares de los desaparecidos piden a Lagos que no olvide su compromiso con la justicia

Las organizaciones de derechos humanos chilenas estiman que se abren nuevas posibilidades de plantear exigencias al Gobierno en el terreno de la búsqueda de la verdad sobre los detenidos desaparecidos durante la dictadura militar. "Ricardo Lagos no puede olvidar lo que él hizo cuando estábamos viviendo el régimen dictatorial, el papel que jugó, lo que significan los detenidos desaparecidos, que, por lo demás, corresponden al partido al que él pertenece y al bloque que él representa", dijo ayer Mireya García, vicepresidenta de la Asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos.

Lagos dijo al conocer su victoria que, aunque sus ojos miren hacia el futuro, no olvida el pasado. Y eso es lo que le piden las víctimas de la dictadura, que esperan tener un aliado en quien también sufrió los rigores de la represión.La victoria de Lagos en las elecciones del domingo también abre la puerta a un espíritu político de unidad en Chile, según se desprende de las primeras reacciones de los vencedores y de los derrotados. Lagos y el candidato de la oposición derechista, Joaquín Lavín, se han comprometido a trabajar para todos los chilenos y se han brindado colaboración mutua. A juzgar por las declaraciones de los dirigentes de uno y otro bando, nadie tiene la sensación de derrota.

En las filas de la Concertación, la coalición entre democratacristianos y socialistas, reina un reconfortante alivio por el triunfo de su candidato, que ha tenido que emplearse a fondo y debió movilizar todos sus recursos para derrotar a Lavín. Por su parte, los dirigentes de la Alianza por Chile, la coalición opositora de los partidos de la derecha pinochetista, no tienen motivos para sentirse derrotados, ya que el resultado obtenido, sobre todo en la primera vuelta, es todo un éxito. Hace seis meses, las encuestas daban a Lagos una ventaja de 20 puntos. El 48,69% de los votos obtenido por Lavín es el segundo mejor resultado que obtiene la derecha chilena en los últimos cien años. Sólo en 1938, Gustavo Ros superó el 49% en las elecciones que ganó el Frente Popular.

"Que lo sepa Ricardo Lagos: él y Chile podrán contar siempre conmigo", dijo Lavín la noche electoral. El candidato reconoció el veredicto de las urnas muy pronto y mantuvo la norma republicana de que el candidato perdedor felicita al vencedor, y, cuando estaba escrutado poco más del 50%, visitó a Ricardo Lagos en el cuartel general de este último, y compareció en el balcón ante los miles de seguidores laguistas.

Lavín regresará "como un ciudadano común y corriente" a su actividad docente en la universidad, aunque pocos creen que no siga en la carrera política. La lucha por la alcaldía de Santiago, en las elecciones municipales del próximo mes de octubre, se presenta como el primer objetivo a su alcance. Los líderes de la derecha expresaron con unanimidad la opinión de que el futuro de la coalición que propulsó a Lavín está garantizado, y desmintieron toda insinuación de que pueda abrirse, a partir de ahora, una guerra entre las dos formaciones. "La unidad hace la fuerza, y la Alianza por Chile se mantendrá y crecerá para poder enfrentar los desafíos del futuro", señaló Sebastián Piñera, de Renovación Nacional.

El presidente saliente, Eduardo Frei (democristiano), se dirigió al país para subrayar la normalidad de la jornada electoral y dijo que la Concertación "es un proyecto responsable y coherente, que no cede a la tentación populista y que ha encontrado el firme arraigo de la gente". "Llamo a los chilenos a respaldar al nuevo presidente", concluyó.

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En las filas empresariales, la victoria de Lagos ha sido recibida con cautela, sin los aspavientos de ocasiones no tan lejanas. Walter Riesco, uno de los máximos dirigentes de la patronal y connotado admirador del general Pinochet, manifestó en tono diplomático: "Es de interés de todo el país que todos los bloques tengan la mejor relación y el mejor contacto. Nos interesa que al Gobierno de Lagos le vaya bien, porque significará que al país le irá bien".

Los analistas subrayan que la derecha y el empresariado deberán moderar su actitud. Las Fuerzas Armadas observan con recelo la llegada de un presidente socialista a La Moneda 27 años después del derrocamiento y muerte de Salvador Allende, pero van a ser extremadamente cuidadosas en sus manifestaciones públicas. Es muy probable que cuando Lagos asuma la presidencia Pinochet haya regresado a Chile, con lo que los militares respirarán tranquilos. Corresponderá a los tribunales de justicia actuar contra el exdictador, y Lagos ya ha adelantado que respetará sus decisiones.

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