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Las subastas de arte en España se preparan para el auge del negocio a través de Internet

Sotheby"s ha invertido 6.640 millones de pesetas en su entrada en el comercio electrónico

Los que siguen de cerca la evolución del comercio electrónico están haciendo sus apuestas. En Estados Unidos, el tercer sector de negocio en la red son las subastas, y ya hay varias empresas en España que han abierto sus páginas web para estar preparadas. El volumen de ventas es escaso, pero el número de visitas crece cada día, y los empresarios se sienten satisfechos. No es que esperen un boom del mercado del arte como el de los años ochenta, pero nadie duda de que la Red lo cambiará todo. Algunos sonados fracasos, junto a iniciativas audaces o temerosas retiradas, marcan esta primera etapa.

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La primera subasta de arte por Internet, realizada el pasado mes de diciembre, terminó en un rotundo fracaso. Después de 10 días en los que la empresa francesa, con sede en Nueva York, Nart.com expuso sus obras a la venta en su página web, las pujas fueron modestas y la obra central de la subasta, un dibujo de Picasso, tuvo que ser retirada por dudas sobre su autenticidad. Además, numerosos problemas técnicos y de seguridad obstaculizaron las otras transacciones porque un virus se coló en el software.Tropiezos que no han asustado a una de las dos grandes casas de subastas internacionales, Sotheby"s, que no sólo se unió el pasado mes de noviembre a la colosal Amazon.com para crear una página conjunta de subastas, sino que esta semana ha lanzado una segunda página propia dedicada a obras de arte de mayor envergadura. La página sothebys.amazon.com fue una excelente base de exploración. Se ofrecían objetos de coleccionismo, bibliofilia, numismática, antigüedades y otros objetos. Sotheby"s ha invertido 40 millones de dólares (unos 6.640 millones de pesetas) en su incorporación al comercio electrónico y se embarca con grandes perspectivas. Han recibido en estas semanas miles de visitas de posibles clientes en sus páginas web, "más de las que logramos en todo un año de ventas tradicionales", según su portavoz, Diana D. Brooks. Mientras tanto, su más directa competidora, la casa Christie"s, se muestra más precavida. Habían anunciado su página web de subastas en línea para el pasado mes de noviembre, pero al parecer han retrasado el proyecto hasta fines de este año.

Perder el tren

Para algunos, una demora como ésta puede significar la pérdida de una importante tajada del negocio. The Globe Gallery (theglobegallery.com), una empresa ciento por ciento española, según su director, Alberto Zárate, ha preferido adelantarse a quedar rezagada. "Queríamos ser la primera página española de subastas en línea", dice. Ellos tienen la vista puesta en la rentabilidad futura. "Esperamos llegar a la masa crítica de usuarios dentro de dos años, pero nuestra experiencia hasta ahora ha sido un éxito. Recibimos un promedio de 20.000 visitas mensuales y, desde noviembre, llevamos más de mil piezas gestionadas".

Esta empresa cobra a los vendedores un porcentaje, pero, por ahora, el cliente se queda con el objeto sin ningún gasto adicional. "Queremos que la gente se vaya animando, si es que tienen una primera experiencia satisfactoria", afirma Zárate. El 90% de sus visitantes son españoles.

Subasta2.com, otra de las páginas de subastas en línea españolas, filial de la norteamericana Teknoland, abrió su página web en mayo, aunque no fue hasta noviembre cuando tuvo su versión definitiva. Actualmente ofrecen 10.850 objetos en venta y han tenido 89.000 visitas a su web. La mayoría de sus visitantes provienen de América Latina.

Aunque las ventas no hayan sido significativas, Jaime Cantos, director de Subasta2, es muy optimista. "Nos interesa España porque nosotros trabajamos con toda la comunidad hispana internacional", afirma. "Lo que nos interesa es que el público nos conozca y se vaya acostumbrando a este tipo de compra. Creo que lo mejor y lo más prometedor en comercio electrónico son las subastas por Internet. Es el sistema perfecto porque permite vender los productos al precio que el consumidor quiera dar por ellos".

Cantos quiere dejar claro que ellos no son intermediarios, sino un escaparate de productos. "Lo que queremos, precisamente, es que no haya intermediarios", dice. "Nuestro objetivo es que los compradores puedan pujar y que sea el propio vendedor el que decida tanto el precio como la fecha y todos los detalles de la operación. Nosotros sólo les cobramos un precio mínimo al darles de alta, algo simbólico, porque nuestro negocio no es ése sino que formen parte de nuestra comunidad virtual".

Por eso mismo, tampoco ofrecen garantías de los productos a los consumidores. "Tenemos siempre nuestro correo electrónico abierto por si tienen alguna queja, y si detectamos alguna irregularidad podemos bloquear al cliente e impedir que actúe con nosotros", afirma Cantos.

Carlos García Osuna, director adjunto de la nueva revista española Subastas Siglo XXI y gran conocedor del sector, ve algunas dificultades en el progreso de este tipo de venta electrónica. "Una foto puede ser muy engañosa. Si no se puede tocar y ver el objeto personalmente, es más difícil que la gente invierta grandes sumas de dinero", afirma. "Los principales problemas están en la autentificación de las obras y en la garantía que puedan dar a la venta. Quién duda de que Internet es el futuro; pero en el terreno del arte y las antigüedades no creo que tenga tanto éxito. Además, quien tiene dinero como para comprar un van gogh, un picasso o un coche de colección, va a las subastas; no los compra por Internet".

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