Valdés: "Matutes me ha asegurado que no habrá recurso que cuestione la decisión británica"
ENVIADO ESPECIALEl ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Juan Gabriel Valdés, autor personal de la estrategia de argumentar razones humanitarias para conseguir el regreso de Augusto Pinochet a su país, no quiere dar oficialmente el caso por acabado hasta que el general llegue a Santiago, pero no cree, en realidad, que haya nada que pueda evitarlo, e incluso ha hecho cálculos de una posible liberación del ex dictador la próxima semana. Valdés se muestra satisfecho de la reacción española y confía en que mantenga su decisión de no recurrir la decisión de Londres.
"Yo no creo que este proceso haya terminado, y no queremos actuar como si hubiese terminado. La opinión expresada por el Gobierno británico me ha parecido una opinión muy seria y que se maneja de una forma muy cuidadosa. No me imagino que ninguna de las alegaciones que puedan presentarse pueda mejorar la salud de Pinochet o pueda cambiar un informe médico como el descrito. Pero, antes de hacer una evaluación general del caso, queremos esperar a que éste concluya", afirmó el ministro en una entrevista con EL PAÍS."Yo espero", añadió Valdés, "que se produzcan otras opiniones [a la posición del ministro del Interior británico, Jack Straw], por cuanto es muy justo que las partes y las organizaciones de víctimas de la dictadura expresen lo que desean a favor de la justicia y la verdad, algo que yo comparto. Eso supone una expresión ética muy valiosa. Pero me parece que, desde el punto de vista de las atribuciones de Straw, me cuesta imaginar algo que cambie su decisión".
Juan Gabriel Valdés consideró que la decisión de Straw tiene un alcance mayor al de la simple consideración de las razones humanitarias: "Hay una frase en el documento del Ministerio del Interior británico", explicó, "en la que se refiere a que no se serviría al logro de la justicia continuar el proceso, y eso es más serio que hablar del examen médico en sí mismo".
El ministro chileno recibió de forma favorable la decisión del Gobierno español de no recurrir la postura de Straw y confió en que no la varíe en los próximos días a solicitud del juez Baltasar Garzón. "He hablado con Matutes y me ha asegurado que no va a haber recurso que cuestione la decisión británica. Eso es algo positivo, y esperamos que así se produzca efectivamente. No entenderíamos que se actuara de forma distinta a como se nos prometió en múltiples ocasiones en el pasado, tanto de forma pública como en conversaciones privadas".
Ésta es una oportunidad, estimó el ministro, para iniciar una mejora de las relaciones entre Chile y España. "Yo pienso que la solución de este caso supone la solución de la crisis levantada con España por el caso Pinochet, pero ya habrá tiempo para conversar con España, una vez que este proceso termine, sobre cómo enfrentar el hecho de que el sistema judicial español pueda transformarse en un poder judicial que se anticipa al Tribunal Penal Internacional, que tanto España como Chile hemos suscrito". Valdés dijo que tiene previsto entrevistarse con Matutes el 20 de febrero en Lisboa, en una reunión con la Unión Europea.
Valdés valoró que la liberación de Pinochet por razones humanitarias es mucho mejor para los que defienden la causa de los derechos humanos que la posibilidad de que el ex dictador hubiera ganado su caso ante los tribunales. "No puedo imaginar que un escenario en el que Pinochet hubiera ganado un juicio hubiera impulsado los derechos humanos en Chile".
Por el contrario, según el ministro, ahora se abre una vía para hacer justicia en Chile. Valdés recordó que "el presidente Eduardo Frei, Ricardo Lagos y Joaquín Lavín han dicho que los tribunales son autónomos y están en condiciones de trabajar con independencia". "Actualmente existe unanimidad política en que los tribunales deben ser dejados en libertad para seguir las causas que están siguiendo. En este sentido, es sabido que el juez Guzmán está a punto de tomar decisiones y de actuar cuando Pinochet llegue a Chile".
Valdés consideró que el regreso de Pinochet es "un éxito de Frei, que no vaciló en tratar este asunto como un tema de principios". "No se puede gobernar un Estado de derecho si ese Estado de derecho es puesto en duda por un tribunal de otro país", manifestó.
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