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EL "CASO PINOCHET"

El Gobierno español respetará la decisión del Gobierno británico

El Gobieno español, que ha sido invitado por el Ejecutivo británico a hacer las consideraciones que estime pertinentes sobre una eventual liberación del general Augusto Pinochet por motivos humanitarios, anunció ayer que su intención es "respetar las decisiones del Gobierno británico". El breve comunicado emitido anoche por la Oficina de Información Diplomática (OID) confirmaba lo que era la posición pública del Ejecutivo español desde el pasado verano.

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El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores difundido anoche afirmaba que "el Gobierno español ha mantenido desde el primer momento una actitud de absoluto respeto a las decisiones judiciales que se han sucedido" en el caso del general Augusto Pinochet y subrayaba que "es su intención también respetar las decisiones del Gobierno británico".El comunicado de la OID informaba de que "el Gobierno británico, en la persona del ministro Straw, acaba de anunciar que por razones de orden humanitario está considerando interrumpir el procedimiento judicial de extradición a España del senador Pinochet, actualmente en curso, en virtud de la discrecionalidad general que le otorga la ley británica". Añadía que "el ministro Straw ha señalado que tal decisión se fundamentaría a su juicio en la unánime e inequívoca conclusión de los informes elaborados por el equipo médico que ha examinado al senador Pinochet. Según esos informes y en opinión del ministro Straw el senador no está en condiciones de someterse a un juicio, ni cabe tampoco esperar que esa situación vaya a cambiar".

Ante esa próxima e irrevocable decisión británica, el Ejecutivo español anunció su intención de "respetar las decisiones del Gobierno británico".

La nota coincide con la posición expresada verbalmente por el ministro español de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, en conferencia de prensa durante la cumbre de la UE-América Latina, celebrada en Río de Janeiro el pasado mes de junio, y reflejada por escrito en el mes de julio en un artículo publicado por el diario chileno El Mercurio. En aquella ocasión Matutes afirmaba que "el Gobierno español ha comunicado al Gobierno chileno que respetará cualquier decisión de la Justicia británica en el caso de que ésta o el Gobierno británico decidan apreciar razones de tipo humanitario para interrumpir la extradición a España y permitir el traslado a Chile del senador Pinochet".

La tensión diplomática que existía en esos momentos entre los Gobiernos de Madrid y Santiago por el caso Pinochet, y los equilibrios del Gobierno de José María Aznar para que el caso no se convirtiera en un asunto interno de política española se reflejaba con nitidez en el siguiente párrafo del artículo. "Con esta postura", añadía Matutes, "el Gobierno ha cubierto todo el margen de maniobra política que le permite su posición constitucional, y lo ha hecho siendo plenamente consciente del posible costo político que ello podría terner en términos de una parte de la opinión pública española".

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Las relaciones hispano-chilenas se habían visto gravemente perturbadas a raíz del procesamiento y de la petición de extradición al Reino Unido del general Pinochet, al entender el Gobierno de Santiago que el Ejecutivo español no había hecho todo lo que estaba en su mano para bloquear la petición de extradición formulada por el juez Baltasar Garzón. Desde que se conoció la orden de detención contra Pinochet, formulada por el juzgado número 5 de la Audiencia Nacional, la estrategia del Gobierno de José María Aznar ha sido no pronunciarse políticamente sobre el fondo del asunto y repetir en toda ocasión la posición oficial de "absoluto respeto a las decisiones judiciales". Ello no impidió que en más de una ocasión tanto Aznar como Matutes expresaran su deseo de que el caso se resolviera por una decisión "humanitaria" y no que los tribunales españoles se convirtieran en jueces de otras transiciones. Era, tras las repetidas decisiones de los jueces de la Cámara de los Lores, la única forma de que Pinochet no acabara ante un tribunal español. Un portavoz diplomático no quiso anoche adelantar si el Gobierno responderá a la invitación realizada por Straw de presentar en los próximos días alguna consideración a su decisión.

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