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LA MAREA NEGRA DEL "ERIKA"

Los consejeros del Gobierno que minimizaron el desastre tienen vínculos con las petroleras

El comité estratégico del CEDRE es presidido por un directivo de la compañía Elf

Los expertos franceses en mareas negras están financiados en parte por las petroleras. Las consecuencias ecológicas y económicas de la catástrofe causada por el hundimiento del petrolero Erika crecen cada día, desmintiendo los pronósticos del Centro de Documentación, Investigación y Experimentación sobre Contaminaciones Accidentales de las Aguas (CEDRE), encargado de asesorar a las autoridades en estos siniestros. El CEDRE minimizó las consecuencias del accidente y hoy Francia duda de su imparcialidad. Su comité estratégico está presidido por un dirigente de la petrolera Elf.

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El CEDRE es el organismo responsable de luchar en Francia contra la contaminación marina. Entre sus funciones está también estudiar nuevas técnicas para atajar las mareas negras y aconsejar las más adecuadas en cada caso. Pero el CEDRE depende económicamente de las propias sociedades polucionadoras. El diario Le Monde puso ayer en cuestión la independencia de este organismo, mientras crece la magnitud de un desastre ecológico que, por razones aún confusas, no se supo prever.Al embrollo legal sobre la responsabilidad del accidente -la propiedad y el alquiler del Erika se esconden detrás de varias sociedades pantalla, pues si el barco navegaba bajo bandera de Malta, la propiedad del mismo es italiana o griega, pero puede que estuviese alquilado a una empresa radicada en las Bahamas, mientras el capitán y la tripulación son de nacionalidad india- se han sumado ahora las dudas sobre la imparcialidad y eficacia del CEDRE.

El 20% del presupuesto de este organismo lo aportan las empresas Elf y TotalFina, esta última propietaria del petróleo que transportaba el Erika. Ambas sociedades están en trance de fusión, lo que culminará previsiblemente en febrero. El Ministerio de Medio Ambiente también contribuye con el 50% al funcionamiento del CEDRE. Se trata, por tanto, de un organismo paraestatal.

La primera reacción del CEDRE, tras el hundimiento, fue negar el peligro de marea negra, para disminuir más tarde su importancia, hablando de que sólo mil toneladas de crudo alcanzarían la costa. El 5 de enero ya se llevaban recogidas más de 15.500 toneladas y otras 20.000 duermen en un sueño inquietante a 120 metros de profundidad, en el casco partido por la mitad del Erika.

Los responsables del CEDRE han admitido "errores individuales", pero niegan haber "emitido comunicado alguno". Su tarea, dicen, "es la de consejeros científicos al servicio de las autoridades". Sobre la presencia de TotalFina y Elf en el consejo de administración del CEDRE, los directivos de este organismo dicen que "sólo aporta ventajas".

Según Bernard Tramier, directivo de Elf y presidente del comité de estrategia del CEDRE, este centro "reúne a aquellos que pueden ser agentes activos e implicados en un caso de polución. Hubiese sido aberrante que las petroleras no estuviesen presentes". Por su parte, TotalFina prometió ayer endurecer la selección de los navíos que contrata, lo que cabe interpretar como un reconocimiento implícito de la falta de idoneidad del Erika. La petrolera anunció también que aportará una ayuda complementaria de 7,6 millones de euros (1.264 millones de pesetas) para combatir la marea negra. El fondo inicial se fijó en 6,1 millones de euros (1.098 millones de pesetas).

Para la organización ecologista Robin des Bois, "es habitual que la gran industria se dote de un pequeño laboratorio, como el del CEDRE, para dar a entender que entre sus preocupaciones está la medioambiental". Los ecologistas creen que, a través del CEDRE, TotalFina influye sobre el Ministerio de Medio Ambiente, y ponen de relieve las coincidencias entre los comunicados tranquilizadores de ese organismo y las palabras de la ministra, Dominique Voynet.

Voynet ha sido criticada también por sus colegas de Los Verdes. Según una pintoresca frase de Daniel Cohn-Bendit, "ha tenido una reacción de enfermera en medio de una catástrofe", mientras que el portavoz del movimiento verde, Noël Mamère, declaró que su compañera está al frente de "un ministerio que, mientras no se demuestre lo contrario, es el Ministerio de la Impotencia".

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