Un coche bomba de Hezbolá mata a siete soldados israelíes en Líbano

Siete soldados israelíes murieron en la tarde de ayer en Qlayaa, localidad situada en la franja ocupada del sur de Líbano, como consecuencia de un ataque suicida perpetrado por un coche bomba conducido por un guerrillero islamista de Hezbolá, según ha anunciado la propia organización fundamentalista desde Beirut.La muerte de estos siete soldados, que no ha sido confirmada aún por las autoridades israelíes, supone la interrupción inmediata del proceso de diálogo que trataba de establecer el primer ministro laborista, Ehud Barak, con los islamistas de Hezbolá. Barak quería acordar un alto al fuego estable antes de la reanudación de las negociaciones de paz con Siria, previstas para el 3 de enero en Virginia (EEUU).

El atentado fue dirigido contra un camión del Ejército israelí cuando circulaba con otros vehículos de protección en los accesos a la localidad cristiana de Qlayaa, provocando en la explosión heridas de diversa consideración a una docena de habitantes de la población y la muerte instantánea del conductor suicida.

Bloqueo informativo

Las autoridades israelíes y la milicia prosionista libanesa del Ejército del Sur de Líbano (ALS) establecieron de inmediato un cordón de seguridad sobre la zona, impidiendo el acceso a la prensa local e intentando que la noticia de la muerte de un número no determinado de soldados israelíes pudiera llegar a sus familiares antes de que les fuera comunicada oficialmente por las autoridades, como es usual en estos casos.

Esta agresión contra las tropas israelíes supone un enfrentamiento abierto entre el ala militar de Hezbolá, que propugna la lucha armada, y los sectores políticos del movimiento fundamentalista que, sensibles a los gestos de buena voluntad de los israelíes, tratan de sumarse al proceso de paz, junto a su protector sirio.

Israel ha lanzado en los últimos días mensajes a los sectores políticos más dialogantes de Hezbolá, ofreciéndoles todo tipo de concesiones, entre las que destaca la liberación de cinco guerrilleros fundamentalistas y la devolución de los cuerpos de dos hombres fallecidos en combate y cuyos cadáveres se encontraban en poder de los israelíes con la esperanza de poder canjearlos por los cuerpos de militares israelíes muertos en combate.

Pero, al mismo tiempo, la aviación de Israel no ha dejado ni un instante de bombardear las posiciones integristas, dando así motivos a los halcones del Hezbolá para que efectúen acciones militares como las que ha ocasionado la muerte a los siete soldados.

La muerte de los siete soldados israelíes supondrá también nuevos argumentos para los colonos radicales judíos, que desde hace cerca de dos semanas se encuentran en pie de guerra intentando por todos los medios torpedear el proceso de paz con Siria e impedir que sean devueltos los altos del Golán al régimen de Damasco.