Jean-Michel Jarre estrena una ópera en las pirámides de Egipto

Las milenarias pirámides de Egipto recibirán el año 2000 y 7000 (de la era faraónica) con el estreno de una vanguardista ópera electrónica del músico francés Jean-Michel Jarre, uno de los más grandes espectáculos organizados en el mundo con motivo del cambio de siglo. "La conmemoración del tercer milenio coincide con la del séptimo nuestro y así los egipcios celebrarán, junto a los demás pueblos del mundo, una efeméride que el hombre ve una sola vez en su vida", dijo el subsecretario del Ministerio de Cultura, Muhamad Guneim.La ópera Los doce sueños del Sol, que incluirá un espectáculo de rayos láser y será retransmitida vía satélite por decenas de cadenas de televisión, comenzará a las 10.30 hora local (20.30 GMT) de hoy en la meseta de Guiza y durará tres horas. Cerca de un millar de actores y músicos participarán en el espectáculo, que "le inspiró a Jarre el dios Ra, símbolo de la vida, la bondad y la eternidad, en su viaje desde el amanecer al anochecer", añadió Guneim.

Jarre, por su parte, asegura que Los doce sueños del Sol encarnan objetos que existen en nuestro mundo y sus símbolos se harán visibles durante la ópera. "La roca simboliza el sueño del sol con el tiempo, la casa simboliza la protección, el árbol la sensatez, el barco la eternidad, el cuerpo humano la lealtad, la voz la memoria, la sangre la valentía, el cielo el cosmos, el niño la candidez, la campana la alegría, el hielo la inocencia y la puerta la libertad", explicó.

Los preparativos y los planes para celebrar el próximo milenio han recibido duras críticas por parte de la oposición, que acusó al ministro de Cultura egipcio, Faruk Hosni, de destruir el patrimonio monumental y permitir símbolos judíos y masónicos. El quincenal Al Shaab, órgano del Partido Laborista, de tendencia integrista islámica, llegó a pedir el encarcelamiento de Faruk Hosni por "destruir, dañar y alterar" los tesoros arqueológicos de Egipto. La revista acusó ante la Fiscalía General al ministro por llevar a cabo lo que considera "una sistemática destrucción de famosas antigüedades del país" y exigió la cancelación de la ópera electrónica de Jarre.