Los piratas aéreos piden ahora la libertad de 35 activistas y 32.000 millones en metálico
Los piratas aéreos del Airbus 300 de Indian Airlines que permanece retenido desde hace cinco días con 160 personas a bordo (entre ellas los cinco secuestradores) han ampliado sus demandas; además de la libertad de Masud Azhar, ahora exigen la liberación de 35 militantes musulmanes y 32.000 millones de pesetas en metálico. Las negociaciones prosiguen con extrema lentitud, mientras que la situación a bordo del avión comienza a deteriorarse con rapidez (ayer limpiaron los retretes). Un fallo mecánico, que trataban de reparar dos técnicos indios, puede dejar a los ocupantes sin calefacción.
El ministro de Exteriores afgano, Abdul Wakil Muttawakil, no ve progreso alguno en la dramática situación que viven los 155 pasajeros, cuatro de ellos españoles. "Las negociaciones no han avanzado por el momento", dijo ayer en rueda de prensa. Aunque aseguró desconocer los pormenores de las conversaciones, que se efectúan a través de la radio de la torre de control, Muttawakil espera que todo termine bien. "La situación parece atrancada. Una llave la tiene el Gobierno de India; la otra está en manos de los secuestradores. Alguien debería desbloquearla", añadió.Las demandas ampliadas de los piratas aéreos complican aún más las cosas, pero la petición de dinero deja espacio a una negociación. Es el único punto, a juicio de los observadores, en el que el Gobierno indio está en condiciones de ceder.
Los secuestradores rechazaron ayer la propuesta de poner en libertad a un número indeterminado de pasajeros, incluidos todos los niños y mujeres, cuya situación a bordo tras cinco días de sescuestro es cada vez peor.
A la incomodidad, escasa alimentación (basada en arroz) y el miedo se une ahora una avería que compromete el funcionamiento de la calefacción a bordo. Dos técnicos de Indian Airlines subieron ayer a la cabina para repararla. Esperaban conseguirlo antes de la caída de la noche, cuando las temperaturas en la zona caen por debajo de cero grados.
La BBC, que cita fuentes de los talibán, informó de que el interior del Airbus huele a agrio y que a los pasajeros se les ha permitido cambiarse de ropa.
El equipo de la ONU enviado a Kandahar, que trata de mediar de manera no oficial en la crisis, sostiene que muchos de los pasajeros se encuentran enfermos. Dos de ellos, con cáncer.
Nadie sabe cómo van las negociaciones que mantiene desde el lunes una delegación india de 12 personas. "Estamos hablando de todos los asuntos", se limitó a explicar ayer un diplomático indio sin ofrecer más detalles. Lo único que se sabe, por boca de este representante indio, es que los negociadores han pedido a los secuestradores que reduzcan sus expectativas, pues la libertad de Azhar es imposible.
El piloto de la aeronave informó ayer a la delegación de su país de que la tripulación se encuentra exhausta, mal alimentada y casi sin dormir desde Nochebuena, por lo que, si los secuestradores le ordenaran despegar de nuevo, no puede garantizar la seguridad de todos.
Dos viejos camiones de bomberos con 25 talibán vigilan al Airbus desde una prudente distancia. No hay movimiento alguno que haga pensar en un asalto de comandos. El Gobierno afgano ha dejado claro que, si los secuestradores iniciaran el asesinato de rehenes -como amenazaron en la madrugada del lunes-, sus tropas tomarían el avión.
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