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Anulada la orden de captura por evasión fiscal contra el socio de Telefónica en Argentina

Después de ser considerado durante cinco meses el prófugo más importante de la justicia argentina y teóricamente el más buscado por las fuerzas de seguridad, el empresario, banquero y socio de Telefónica Raúl Monetta, de 52 años, es de nuevo un hombre libre, que ha empezado a hacer declaraciones. Dice que en los 195 días que vivió en la clandestinidad ha perdido 500 millones de dólares y anuncia venganza. La semana pasada se presentó voluntariamente ante los tribunales, y el juez federal Carlos Liporaci, después de tomarle declaración, dejó sin efecto la orden de captura.

Para ordenar su libertad, el juez se basó, según declaró, en un dictamen de la Corte Suprema de Justicia. Los cargos contra Moneta se mantienen: asociación ilícita, malversación de fondos y evasión fiscal en la quiebra del Banco Mendoza, controlado por el Banco República, de cuyos consejos de administración el acusado formó parte.Quien era conocido como el "banquero del poder", por sus estrechas relaciones con el expresidente Carlos Menem, ha recuperado su libertad después de varias decisiones judiciales que provocaron una gran controversia. Monetta vio el principio del fin del túnel el pasado 7 de diciembre, cuando la Corte Suprema retiró la competencia del caso que llevaba el juez federal de Mendoza, Luis Leiva, que había dictado la orden de búsqueda y captura contra Monetta, y se la entregó al juez de Buenos Aires Gustavo Literas. Este magistrado reclamaba la causa y en un momento del proceso le había concedido al acusado el beneficio de la excarcelación, posteriormente revocado por la Cámara Federal de la capital.

En un nuevo giro digno del mejor culebrón, hace una semana el juez Liporaci, que ocupa provisionalmente el despacho de Literas por encontrarse éste de viaje, dejó sin efecto la orden de captura.

Ataques a la judicatura

Monetta no perdió el tiempo, y el hombre más buscado de Argentina acudió por su propio pie al edificio de los tribunales de Buenos Aires, de donde salió tal y como había llegado. El empresario-banquero habló posteriormente para presentarse como "un perseguido político y judicial", para afirmar que se utilizó la causa en su contra para "criticar" al anterior gobierno y para lanzar toda su artillería contra el juzgado de Luis Leiva, al que definió como "la ESMA de la democracia". "Le promoveré un juicio político para que lo destituyan", amenazó. El juez Leiva no ha dudado en criticar tanto la decisión de la Corte Suprema de retirarle el caso como la orden de libertad del juez Liporaci, y ha recordado que Monetta esta "imputado de subversión económica agravada, asociación ilícita y ley penal tributaria", y que será el juez Literas quien deberá decidir si mantiene o no esta acusación.

La quiebra de sus dos bancos y los problemas con la Justicia han provocado un deterioro de las relaciones de Monetta con sus socios del holding mediático CEI (City Equity Investment). Ya en abril tuvo que dejar la presidencia, a pesar de ser el principal accionista, a manos del inversionista tejano Thomas Hicks. Posteriormente, sus socios de Telefónica han procurado distanciarse del empresario-banquero prófugo que, además, ya no cuenta con el aval de la Casa Rosada, sede de la presidencia de la nación.

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