La doble entrada del tercer milenio
El Real Observatorio de Greenwich ve inevitable celebrar el año 2000, pero dice que el siglo XXI empieza el 1 de enero del año 2001
A punto de entrar en el tercer milenio, el Real Observatorio londinense de Greenwich, la casa del tiempo que representa el primer meridiano del mundo -la longitud 0- y marca la hora universal, se prepara para recibir por partida doble el tercer milenio. Un siglo XXI que dará comienzo para la mayoría el próximo 1 de enero, pero que los científicos saludarán en el año 2001.Teniendo en cuenta que un nuevo milenio es un acontecimiento que sólo ocurre cada 30 generaciones, y esta vez será celebrado de forma simultánea en todo el mundo, hasta los expertos de Greenwich convienen en que es imposible aguar la fiesta por "un detalle" que ha pasado inadvertido en medio de la euforia de una cifra redonda, como es el 2000. Un descuido al que el propio rey Juan Carlos hizo alusión al concluir el pasado acto de apertura del año judicial. "El siglo XXI empieza en el 2001", dijo el Monarca. "Mis hijos opinan como vuestra majestad", le replicó, azorado, Javier Delgado, presidente del Tribunal Supremo, que se había referido a un año judicial "que nos lleva al siglo XXI".
La confusión parte del propio calendario actual, que fija como primer año de nuestra era el del nacimiento de Cristo. "Era el año 1, y no el año 0, pero algo tan elemental se ha convertido en un tecnicismo para puristas imposible casi de defender. Las fiestas del milenio están previstas en todo el mundo, incluido el parque que rodea este observatorio, para el próximo 31 de diciembre. Lo mejor será celebrarlo por partida doble, aunque supongo que la fiesta del año 2001 será menos multitudinaria", señala Brian Oldman, director comercial del centro de Greenwich.
Convertido hoy en centro educativo, del Real Observatorio londinense parte el meridiano 0, la línea imaginaria trazada de Norte a Sur por los astrónomos para efectuar sus mediciones y obtener un mapa acertado del cielo. La línea de Greenwich configura el primer meridiano del mundo, donde la longitud es 0 y todos los rincones de la Tierra se miden en función de su situación, ya sea al Este o al Oeste del mismo. El ecuador hace lo propio dividiendo los hemisferios Norte y Sur. En Greenwich, situado en una colina desde donde se divisa apropiadamente el edificio del Milenio, la cúpula junto al Támesis que albergará la exposición más ambiciosa organizada por el Reino Unido, el meridiano es sobre todo una atracción turística. Dibujado en el suelo del patio exterior, parte de la sala interna utilizada por los diversos astrónomos reales que trataron de resolver en vano precisamente el problema de la longitud.
Cansado de que la Marina mercante naufragara por calcular mal las distancias, Carlos II de Inglaterra ofreció 20.000 libras del siglo XVIII al astrónomo que le ayudara con sus observaciones celestes.
Poco podía imaginar el monarca que John Harrison, un relojero autodidacto, acabaría revolucionando la percepción del tiempo asociado a la distancia al descifrar el enigma de la longitud. Los marinos no tenían en cuenta el movimiento de rotación de la Tierra cuando preparaban sus travesías y los cálculos estelares de los astrónomos no parecían ayudarles.
Harrison se dio cuenta de que un reloj que funcionara ajeno al movimiento de un barco serviría para añadir la rotación terrestre a la hora de inicio del viaje, tomada al zarpar. Uniendo ambas variables a la velocidad misma de la travesía, los marinos podían estar seguros de llegar a puerto. Las líneas de Norte a Sur que trazó, dividiendo la Tierra como una naranja, marcaron la longitud, medida en grados Este y Oeste. La Tierra gira sobre su eje un grado de longitud cada cuatro minutos (15 grados por hora). Tarda, por tanto, 24 horas en dar una vuelta completa. Harrison se llevó el premio en metálico después de haber dedicado casi 20 años a construir el reloj adecuado.
Pero Greenwich es también un observatorio con un valor añadido. Desde 1884, su meridiano 0 ha coordinado el cálculo mundial de la hora, donde da comienzo cada nuevo día universal. Es, por tanto, la casa del tiempo que, a las doce de la noche del próximo 31 de diciembre, marcará el inicio del año 2000. En el propio observatorio, los festejos incluyen una ambiciosa exposición sobre La historia del tiempo, así como una fiesta musical organizada en su parque. Retransmitida por la BBC a más de 40 televisiones del mundo, será un programa de 26 horas, con actuaciones de Brian Ferry, Spice Girls y Euritmics, entre otros.
El apartado comercial, del que se beneficiará el propio observatorio, patrimonio de la humanidad desde 1977, está en manos del proyecto Greenwich Meridian 2000. Con la promoción de sus productos, desde bebidas hasta joyas, todos con el marchamo oficial del observatorio, el centro espera gestionar proyectos como un nuevo telescopio que será construido en Hawai y controlado desde Londres con fines educativos.
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