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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El crítico Daniel Monzón debuta en el cine con una historia de hechizos, fantasías y realidades

Subsanados todos los problemas técnicos en los encuentros de la industria en Lanzarote

Rocío García

Dos ladrones en un legendario universo en busca de una piedra preciosa en forma de corazón. Él, valiente y poderoso; ella, tierna y audaz. ¿Es ésa la realidad o es todo un mundo imaginario? Daniel Monzón (Palma de Mallorca, 1968), crítico cinematográfico, debuta como director con El corazón del guerrero, una historia que reivindica la fantasía y con la que se abre un nuevo camino en el género de aventuras y de efectos especiales en el cine español. El corazón del guerrero, protagonizada por Neus Asensi, Fernando Ramallo, Joel Joan y Santiago Segura, se proyectó ayer en Lanzarote, dentro de los encuentros de la industria cinematográfica con los distribuidores europeos.

El robo de la piedra en forma de corazón, en una tétrica cripta abarrotada de cabezas humanas vivas, abre la caja de los truenos. Es en la huida cuando los dos ladrones, interpretados por Joel Joan y Neus Asensi, se dan cuenta de que la gema está maldita y que les ha transmitido un hechizo. Despiertan en otro mundo, el Madrid de hoy. Él, en el cuerpo de un adolescente de 16 años con ganas de hazañas e imaginación desbordante, interpretado por Fernando Ramallo; y ella, en el de una prostituta descreída y arruinada, que interpreta la misma actriz. ¿Dónde está la realidad? El periodista y crítico cinematográfico Daniel Monzón ha querido reivindicar con El corazón del guerrero la fantasía como forma de huir de un mundo más triste y cotidiano. "Me gusta todo el cine, no le hago ascos a nada, pero a la hora de hacer mi primera película me ha salido mi corazón de niño, esa fuerza que lleva a hacer un gesto heroico, una hazaña con ese cuerpo apocado y delgaducho", afirmó ayer en Lanzarote Monzón, acompañado de Fernando Ramallo, Javier Aller y el productor del filme, Gerardo Herrero.El corazón del guerrero nació de un encargo: el que le hizo Gerardo Herrero a Daniel Monzón. Le pidió un guión que pudiera conectar con el público joven. Cuando ese guión llegó a manos del productor, éste supo que sólo su autor podía dirigir aquellos folios. Así fue como el guionista se convirtió en director. "Era distinto, diferente", dice Herrero. "Escribí una historia para adolescentes adultos, como lo que son. Teníamos claro que queríamos una película para chicos listos, no para retrasados mentales", responde Monzón. Y, así, este crítico y estudioso del cine, de 31 años, ha convertido en realidad lo que soñaba desde niño, desde que le noqueó la visión de King Kong. "Siempre he querido dirigir. Ahora tengo claro que todos mis años de profesión, viendo cine, analizando, montando han sido una preparación para lo que he hecho ahora", confiesa.

Una gran producción

El corazón del guerrero es una gran producción que ha contado con un presupuesto superior a 500 millones de pesetas y unos efectos especiales sorprendentes dentro del panorama actual de la cinematografía española, más tratándose de un debutante. Para ello han contado con tres equipos diferentes: uno que se ocupó de todos los efectos digitales, otro que se encargó del maquillaje y los modelados y, por último, el que realizó toda la parte mecánica, como los temblores, las aguas o las maquetas. "Teníamos claro que lo importante era contar una historia aderezada de efectos y para ello hemos reunido a los mejores", explica el director, que dibujó plano a plano todas las secuencias de acción para que todos y cada uno de los efectos estuvieran bien estudiados a la hora de rodar. El filme, que contó con 11 semanas de rodaje, se estrenará el próximo 21 de enero con la salida de 200 copias y con una inversión previa de 100 millones de pesetas en promoción y publicidad.

Pero no todo son efectos. Hay mucho de realidad. Y si no que se lo digan a Fernando Ramallo, que se tuvo que arrojar a una piscina desde una altura de ocho metros -ayer se enteró de que eran ocho, a él le habían dicho para calmarle que eran sólo seis- recién estrenado en su aprendizaje natatorio. "Al menos salgo con una fobia menos de este rodaje", reconoció Ramallo, que tuvo que aprender a nadar para poder interpretar el filme. Ahora le ha cogido el gusto y nada cada semana. Para Fernando Ramallo, El corazón del guerrero es una historia de aventuras con un fondo romántico que es el que mueve a su personaje para conseguir el amor de la valiente guerrera o prostituta que interpreta Neus Asensi.

Los encuentros del cine español en Lanzarote -en los que hoy se estrenará el filme Y tú qué harías por amor, con el que también debuta en la dirección Carlos Saura Medrano, hijo del cineasta Carlos Saura- vivieron ayer una jornada más tranquila tras el arreglo de todos los problemas técnicos que surgieron el primer día en las distintas proyecciones ante los distribuidores europeos y que provocaron el descontento y la ira de muchos de los asistentes.

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