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Primera observación de un planeta extrasolar por el reflejo de la luz estelar

La carrera por encontrar planetas fuera del sistema solar o confirmar su existencia está en pleno auge, a medida que los astrónomos recurren a nuevas estrategias para detectar estos cuerpos oscuros y lejanos. Ahora, un equipo británico ha comunicado que ha confirmado la existencia de un planeta gigante alrededor de la estrella Tau Bootis, detectado en 1997 por un método indirecto, midiendo la luz reflejada en el planeta procedente de la estrella.Dado que la estrella brilla mucho y el planeta está muy cerca de ella, ha sido necesario descomponer la luz procedente de la estrella vista desde la Tierra en la luz propia de la estrella y la luz reflejada en el planeta, un logro bastante notable que hasta ahora no se había conseguido. Los astrónomos, liderados por Andrew Collier, de la Universidad de Saint Andrews, reconocen en la revista Nature de hoy que se trata sólo de una "probable detección", que se ha basado en las diferentes características Doppler de la luz procedente de ambos cuerpos debidas a su diferente movimiento. El planeta tendría una masa ocho veces la de Júpiter, dos veces su tamaño y un color azul verdoso. Sería un gigante gaseoso cuya existencia desafía las hipótesis vigentes sobre la formación de sistemas planetarios, como pasa con la mayoría de la treintena de planetas extrasolares descubiertos hasta ahora.

Confirmación española

Las observaciones se han realizados con un telescopio británico instalado en el observatorio de La Palma del Instituto de Astrofísica de Canarias. El equipo de Rafael Rebolo, del mismo instituto, confirmó recientemente con un telescopio de Calar Alto (Almería) el tránsito de otro planeta por delante de su estrella (la HD209458), cuya primera observación se anunció a mediados de noviembre. Este método se basa en observar la ligerísima disminución de la luz procedente de la estrella cuando pasa por delante de ella el planeta que la orbita, y permite, al igual que el anterior, deducir el radio del planeta, algo que antes no se podía hacer, pero sólo sirve para planetas con órbitas no muy inclinadas. Según los datos obtenidos por Rebolo, el tránsito dura unas tres horas y el radio del planeta es 1,34 veces el de Júpiter.

Este planeta estaba allí hace ocho años, aunque nadie lo supiera. El tránsito se ha observado ahora retrospectivamente al analizar los datos obtenidos entonces sobre el brillo de la estrella por el satélite europeo Hipparcos.

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