"La música de películas se está convirtiendo sólo en ruido"
Dicen los expertos que una buena banda sonora es aquella que el público apenas se da cuenta de que existe, pero que si se elimina por completo la echa en falta. ¿Percibiríamos de la misma manera el terror que invade a la película Alien sin la música que Jerry Goldsmith compuso para el filme? Definitivamente no. "Yo interpreto lo que el director de la película quiere expresar. Esa es la misión de un compositor cuando escribe la música para un filme. El trabajo conjunto y el entendimiento entre músico y director es fundamental, porque el fin último es el de comunicar. Eso es a lo que yo aspiro por encima del reconocimiento de la crítica, el dinero y la fama".Jerry Goldsmith (Los Ángeles, 1929) es, hoy por hoy, junto a John Williams, uno de los máximos representantes de la música de cine que se crea en Hollywood. Esta noche, mañana y el domingo dirige a la Orquestra Simfònica de Barcelona i Nacional de Catalunya (OBC) en un concierto integrado por una selección de sus partituras para la gran pantalla, que se ofrecerá en el Auditori de Barcelona y el domingo en el Auditorio Enric Granados de Lleida. Goldsmith, que lleva más de 40 años escribiendo música para películas y series televisivas y que ganó un Oscar por su banda sonora de La profecia (1976), de Richard Donner, ha comprobado no sin cierto pesar cómo la industria cinematográfica de Hollywood ha abandonado todo interés por la experimentación. "El cine norteamericano hace hoy películas que mueven fortunas, pero el interés por la experimentación casi ha desaparecido. Lo que se explica siempre es lo mismo y la única innovación que se hace es a escala de tecnología. Echo de menos directores capaces de innovar, como Franklin J. Schaffner en El planeta de los simios. Pero aunque ahora no me ofrezcan escribir música para películas como aquélla, no me siento frustado", asegura.
El autor de las bandas sonoras de Patton, Chinatown, Star Trek, Poltergeist, Instinto básico y La momia, entre muchas otras, se lamenta de la calidad de muchas músicas para filmes actuales. "La música en el cine se está convirtiendo sólo en ruido. Está adoptando un papel puramente decorativo y se deja que los jóvenes abusen del sintetizador. Yo he usado sintetizadores, pero siempre lo he hecho con el fin de enriquecer la banda sonora y el objetivo de que el público se sienta transporatado por la música", explica el compositor, que considera que la música de un filme debe conseguir ser autónoma y vivir al margen de la película para la que se ha sido creada.
Goldsmith ha compuesto música para filmes de géneros tan diversos como el terror, el western, la comedia, policiacos y ciencia ficción, pero asegura que sus preferidas son las películas que cuentan historias íntimas. "Me siento mucho más cómodo escribiendo música para filmes como Chinatown o La casa Rusia que otros de carácter más espectacular. Pero aunque se piense que soy un compositor importante en el mundo de Hollywood, yo no puedo elegir. Hoy por hoy, el músico de cine es una pieza más de la industria cinematográfica norteamericana", advierte.
A Jerry Goldsmith, lo que más le gusta del hecho de componer bandas sonoras es la difusión mundial que tienen. "Á diferencia de otros géneros, la música de cine llega a millones de personas en muy poco tiempo. La BBC hizo una encuesta y se llegó a la conclusión de que cada minuto de las 24 horas del día sonaba en alguna parte del mundo la música que he compuesto. Incluso cuando llegué al aeropuerto de Madrid procedente de Estados Unidos para coger un avión hacia Barcelona, en la sala de embarque sonaba en el hilo musical una de mis bandas sonoras. Esta difusión planetaria es lo más maravilloso de este trabajo", dice satisfecho.
El músico asegura que le encanta dirigir orquestas españolas. "He dirigido a la Orquesta de Sevilla y la Sinfónica de Madrid, y ahora a la Sinfónica de Barcelona. Me ha sorprendido mucho la calidad de estos conjuntos. Además, he percibido que el público español se entusiasma al escuchar música de cine. Probablemente es uno de los mejores públicos del mundo para este tipo de obras en concierto", dice diplomático y confiesa sin rubor que en su entusiasmo por España la comida, que califica de estupenda, ha tenido mucho peso.
Babelia
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