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El Gobierno francés se enfrenta a la UE y decide mantener el embargo de la carne de vacuno británica

Tras largas deliberaciones, el Gobierno francés decidió anoche mantener el embargo de su país a la carne británica. La decisión se basó en la consideración de que las medidas sanitarias adoptadas por los británicos, aunque aminoran los riesgos para la salud, no los eliminan del todo. El Reino Unido anunció de inmediato que recurriría a los tribunales, y el primer ministro británico, Tony Blair, calificó la decisión francesa de "totalmente errónea". Francia propone analisis extensivos y más minuciosos de la carne británica, y una base de datos para su seguimiento en Europa. También quiere que a la hora de la venta luzca etiquetas que indiquen su procedencia.

La decisión de París viene precedida por un informe reciente de la Agencia Francesa de Seguridad Alimentaria de los Alimentos (Afssa) poco favorable al levantamiento del embargo, pese a las medidas acordadas previamente por Londres en la Comisión europea. En el informe, los 30 especialistas franceses que componen ese organismo indicaban que hay dudas respecto al control real del riesgo de infección, y que las respuestas científicas definitivas no podrán ser conocidas hasta dentro de varios meses. Por si no fuera suficiente, la mayoría de la oposición ha cargado las tintas sobre los peligros de permitir la venta de la carne británica y las responsabilidades en las que incurriría el Ejecutivo en el caso de que la infección de la "vaca loca" se extendiera en Francia, país en el que todos los meses se registra el fallecimiento de una o dos reses por esta enfermedad.

Con todo, el último informe de la Afssa dejaba al Gobierno un margen de maniobra muy superior al de su anterior estudio, rotundamente opuesto al levantamiento del embargo, que llevó al Ejecutivo de Jospin a desafiar la orden comunitaria vigente desde agosto pasado. Sin dejar de mostrar sus dudas, los científicos franceses se han mostrado esta vez mucho menos taxativos sobre el fundamento de las nuevas medidas de control a que se han comprometido las autoridades británicas en las negociaciones con París auspiciadas por la Comisión europea. Visto que otros expertos de la UE consultados por la Comisión no comparten sus temores y que su país ha sido amenazado de sanciones, los especialistas franceses han trasladado la responsabilidad directamente al poder político.

El ministro de Agricultura, Jean Glavany, recogió el testigo indicando que "si la evaluación de los riesgos corresponde a los científicos, la gestión del riesgo es responsabilidad nuestra, de los políticos". La decisión de París fue anunciada sobre las 23 horas, al término de la jornada en que la Comisión debía ratificar el procedimiento de sanciones contra París, ya iniciado a título provisional el 29 de noviembre.

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